Refuerzan seguridad en el hospital donde será operada Cristina Fernández

El moderno Hospital Universitario Austral, en las afueras de Buenos Aires, amaneció este martes blindado con estrictas medidas de seguridad en vísperas de la operación programada mañana para extirpar un tumor de la glándula tiroides a la presidenta argentina, Cristina Fernández.

El centro, situado en la ciudad bonaerense de Pilar, a unos 60 kilómetros de la capital argentina, reforzó su seguridad interna y aplazó los turnos médicos que no se consideran urgentes en medio de un fuerte hermetismo, según fuentes ligadas al hospital citadas por la prensa local.

Los especialistas coinciden en que Fernández padece uno de los tipos de cáncer con mejores pronósticos de curación, lo que le permitiría llevar una vida normal tras someterse a la operación, que estará a cargo de Pedro Saco, jefe de la Sección Cabeza y Cuello del hospital.

Un simpatizante kichnerista frente al Hospital Austral

En los alrededores del recinto, decenas de militantes oficialistas comenzaron hoy una vigilia con carpas y carteles en apoyo a la mandataria de 58 años, mientras se intensificaron las medidas de seguridad en los accesos al centro médico.

Fernández optó por operarse en el Hospital Austral, del conservador Opus Dei, en vez de hacerlo en el Argerich, dependiente del Gobierno porteño, liderado por el opositor Mauricio Macri, y que cuenta con una unidad de atención a los mandatarios.

Ubicado en un predio de 36.000 metros cuadrados, el hospital -situado sobre la avenida Juan Perón, el tres veces presidente argentino- es uno de los más modernos del país, con un edificio inteligente que «conjuga criterios de funcionalidad y seguridad que posicionan al establecimiento a la vanguardia de su categoría», según su página electrónica.

El hospital fue inaugurado en 2000 gracias al aporte económico del poderoso empresario Gregorio Pérez Companc, vinculado a los sectores del petróleo y la alimentación.

Fernández, quien según medios locales ingresará en el centro sanitario en las próximas horas, recibirá hoy al vicepresidente del Gobierno, Amado Boudou, y otros altos cargos del Ejecutivo en la residencia presidencial de Olivos, en la periferia de la capital argentina.

Tras la intervención, la presidenta argentina se tomará un descanso de 20 días, hasta el 24 de enero, periodo en el que la jefatura del Estado quedará en manos de Boudou. EFE

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