La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, partió este lunes rumbo a La Habana en su primer viaje oficial a Cuba desde que asumió el poder, con el objetivo de reforzar las relaciones económicas y comerciales bilaterales.
El avión de la jefa de Estado despegó a las 11h50 hora local (13h50 GMT) desde una base militar de la ciudad brasileña de Salvador, donde la presidenta cumplió ayer y hoy compromisos oficiales, confirmó una fuente de la Presidencia.
Rousseff revisará con su homólogo cubano, Raúl Castro, el estado de los lazos bilaterales y se espera que ambos mandatarios pongan especial énfasis en los asuntos económicos.
La visita tiene el objetivo de «profundizar la cooperación bilateral en las áreas técnica, científica y tecnológica, sobre todo en las áreas de agricultura, seguridad alimentaria, salud y producción de medicamentos«, se informó en un comunicado oficial.
Está previsto además que durante las reuniones, Rousseff aborde el proyecto de ampliación del puerto del Mariel, una obra ejecutada por una empresa brasileña, que tiene un coste de 686 millones de dólares y está financiado por Brasil en un 80%.
Los intercambios comerciales entre Brasil y Cuba alcanzaron los 642 millones de dólares en 2011, un 31% más que en el año anterior.
El viaje de Sánchez a Brasil depende de que el Gobierno cubano le otorgue el permiso de salida del país.
Pese a la concesión del visado a Sánchez, no está previsto que Rousseff aborde el tema de los derechos humanos en su visita a Cuba, según fuentes brasileñas.
El antecesor de Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva, en una visita que hizo en febrero de 2010 a La Habana, evitó tratar el tema de los derechos humanos con los hermanos Castro y reunirse con miembros de la disidencia.
Posteriormente, en una entrevista, Lula descalificó las huelgas de hambre de los disidentes y los comparó con los delincuentes presos en cárceles brasileñas. EFE