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En esta fotografía del 7 de diciembre de 2016, el inmigrante hondureño Carlos Mejía camina a lo largo de las vías férreas llenas de maleza donde miles de inmigrantes se han desplazado encima de trenes de carga que se dirigen hacia el norte con la esperanza de llegar a Estados Unidos, mientras se dirige a trabajar en un sitio de reciclaje de botellas de plástico en Tenosique, estado de Tabasco, México. Mejía y su novia Saimi Julio se entregaron a las autoridades mexicanas de inmigración junto con sus hijos en el cruce fronterizo de el El Ceibo en octubre. Pasaron 26 días separados en un centro de detención de inmigrantes antes de ser puestos en libertad en el albergue de migrantes. (AP Foto/Rebecca Blackwell)