De cómo Carapaz obtiene la malla roja de la Vuelta a España

El domingo 25 de octubre era esperado en la 75 Vuelta a España en su sexta etapa como el día de los dos colosos e históricos del Pirineo francés, el Aubisque y el Tourmalet en la línea de llegada. Ni uno ni otro los echó en falta el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos Grenadiers).

El plan B activado por la Vuelta tras la decisión de las autoridades francesas permitió a la estación invernal aragonesa de Formigal engrandecer todavía más su misticismo en la historia de la carrera española.

La locomotora de Carchi supo que su momento había llegado a unos cuatro kilómetros de alcanzar la línea de meta y que debía extraer hasta el último gramo de sus reservas de fuerza para asaltar el liderato del esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma) y vestirse la ‘roja’. Lo logró.

Sacó toda su rabia para alcanzar su máximo rendimiento en vatios y conseguir unos segundos que le van a permitir soñar en rojo. En 2019, cuando muchos no lo esperaban ni veían en él a un potencial ganador del Giro, sus sueños fueron rosas y logró hacerlos realidad, entonces con la formación española Movistar.

Salvo el arranque en Biescas, con un día aparentemente plácido en lo meteorológico, durante buena parte del recorrido los ciclistas debieron hacer frente a la adversidad del frío y sobre todo la lluvia constante en los cien kilómetros finales.

Se sabía que esta suma de adversidades podía pasar factura a más de uno y el primer aviso llegó en el descenso del antepenúltimo puerto cuando Roglic perdió unos metros de manera inexplicable aunque no tardó mucho en reintegrarse al grupo de favoritos.

Todos trataban de esconder sus debilidades, a la vez que mostrar si podían alguna de sus fortalezas, pero cada cual asumía que había que mover un árbol de favoritos que tenía demasiada fruta madura y que había que hacerla caer.

En ciclismo, la oportunidad que se presenta hoy hay que extraerle el máximo jugo posible porque solo un día después puede volverse en tu contra. En este 25 de octubre, Carapaz sabía que era el momento y no debía dejarlo pasar.

El ciclista ecuatoriano del Ineos Richard Carapaz con el maillot de líder de la general tras la sexta etapa de la Vuelta Ciclista a España 2020 que este domingo transcurre entre Biescas y Formigal, por la prohibición de las autoridades francesas de cruzar la frontera para ascender el puerto del Tourmalet. EFE/Kiko Huesca

El de Carchi redondeó una jornada impresionante para el todopoderoso Ineos Grenadiers, ya que a su asalto al liderato en la Vuelta, se sumó el doble triunfo de sus compañeros en Giro de Italia prácticamente al mismo tiempo. El británico Tao Geoghegan Hart haciéndose en propiedad con la maglia rosa que el ecuatoriano logró la edición anterior, y el italiano Filippo Ganna ganando la contrarreloj final en Milán.

En una temporada que para la formación británica que capitanea Dave Brailsford tenía tintes más bien negros tras su estrepitoso fracaso en el Tour de Francia, en el que en ningún momento dio la sensación de tener opciones de renovar el triunfo logrado por el colombiano Egan Bernal en 2019 y sumar su octavo jersey amarillo en nueve ediciones, ahora parece estar reconduciéndose.

Con el Giro en el bolsillo, la Vuelta es la nueva pieza a abatir para los británicos y el ecuatoriano ya demostró en 2019 que no es un hombre fácil de doblegar. Por eso fichó por Ineos, aunque tuvo que pagar el peaje en el Tour pero la oportunidad para reivindicarse le ha llegado en la Vuelta.

Sin ser una ascensión tremendamente dura, con rampas que en un mínimo tramo y muy al principio llegan al 10 por ciento, Formigal lleva camino tanto de convertirse en la bestia negra para muchos ciclistas como la abrir el camino hacia la gloria a otros.

La estación invernal aragonesa apareció en la Vuelta en la vigésimo séptima edición en 1972. Era la primera vez que una etapa acababa en un puerto de primera categoría y sirvió para aupar al liderato y posterior triunfo final al asturiano José Manuel Fuente en la que fue su primera victoria en la carrera española.

En 2016, en una jornada con tan solo 118 kilómetros, el británico de origen keniano Chris Froome, ahora en labores de gregario en favor de Carapaz, vio esfumarse sus opciones de victoria con un severo ataque del español Alberto Contador que terminó favoreciendo y allanando el camino hacia el triunfo final al colombiano Nairo Quintana.

Todavía queda mucha Vuelta, pero de momento Formigal ha vuelto a convertirse en protagonista de la carrera. EFE

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