Exhibición de retratos de monarcas británicos en Londres

La National Portrait Gallery de Londres expone un conjunto de retratos de fines del siglo XVI  en la exhibición Picturing History: A Portrait Set of Early Kings and Queens (Ilustrando la historia: un conjunto de retratos de reyes y reinas tempranos). En ellos se ilustra la historia de los monarcas ingleses.

La colección empieza con el primer rey normando y termina con María I de Inglaterra, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, según se informa en el reportaje de 20 minutos.

Algunos son reyes más que conocidos, personajes protagonistas de series de televisión como Enrique VIII que no destacaba precisamente por su belleza ni tono físico y es interpretado por el galán Jonathan Rhys Meyers.

Otros son figuras efímeras, monarcas que reinaron meses, como Eduardo V (1470-1483), el pobre niño de 12 años que, junto a su hermano de nueve, fue encerrado en la Torre de Londres. Su tío Ricardo III, ansioso de poder, quería el trono y se deshizo de los críos, no se sabe si asfixiándolos o dejándolos morir de hambre. Nadie supo más de ellos.

Esta exposición alberga uno de los más importantes grupos de retratos de monarcas: desde Guillermo I el Conquistador (1028-1087), el primer rey normando; hasta la reina María I de Inglaterra, hija de Catalina de Aragón y Enrique VIII, que murió tras pocos años de reinado dando vía libre a su medio-hermana Isabel I, la hijísimade Ana Bolena.

En la colección hay monarcas de las dinastías de York y Lancaster, dos casas reales que sólo encontraron el fin de la guerra civil que las enfrentó en el siglo XV fusionándose en una sola: la turbulenta dinastía Tudor.

Como un álbum de fotos ambulante

La serie de esta exposición fue creada en el mismo taller artesano, a modo de album de fotos ambulante, a finales del siglo XVI. Estos sets eran frecuentes en la época y servían para propagar la lealtad, los intereses personales y las creencias en un tiempo en que existía un interés creciente por narrar hechos del pasado de Inglaterra. El conjunto es un0 de las mayores que han llegado a nuestros días.

Los cuadros, prestados de manera permanente a un centro asociado de la National Portrait (la Casa Montacute, en el condado de Sumerset), vuelven a Londres tras 36 años de ausencia con motivo del proyecto de investigación Making Art in Tudor Britain (Creando arte en la Gran Bretaña de los Tudor), que reune toda la obra pictórica relacionada con la dinastía y con la posterior era jacobina.

En esta iniciativa, el museo analiza las pinturas con rayos infrarrojos, radiografías, tomas de muestras y microscopio. Además, la dendrocronología (el estudio de los anillos de un árbol) ha ayudado a verificar la fecha exacta de las maderas que sirven de soporte a las obras.

Se descubren así los pormenores que puedan arrojar más datos sobre cuándo y cómo fueron pintados, qué talleres los crearon, qué finalidad tuvo cada una de las piezas…

El análisis técnico proporciona una valiosa información sobre cómo funcionaban los talleres artesanos de finales del siglo XVI y principios del XVII.

Cuando uno de estos talleres recibía un encargo de tal magnitud que muchos artistas y artesanos se ponían a trabajar a la vez, dando lugar a una variedad de métodos y estilos dentro de la misma serie.

Los retratos se producían de modo rápido y barato, basados en patrones ya hechos de xilografía y grabado. Se hacían sin tan siquiera haber visto nunca al modelo, con lo que a veces no había parecido entre el dibujo y el personaje.  El mismo monarca podía ser representado como una persona totalmente diferente de un cuadro a otro. Incluso parece que la misma plantilla en ocasiones se utilizaba para diferentes reyes.

La exposición de la National Portrait Gallery arroja luz sobre todos los detalles que la tecnología ha podido sonsacar a las pinturas de esta serie, que han pasado de marzo a mayo de este año por un exhaustivo análisis. Los resultados de la investigación se expondrán junto con las obras hasta el mes de diciembre.

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