Visiones del Salón de Julio 2011

La 52 edición del Salón de Julio se inauguró el viernes pasado y permanecerá abierto hasta el 22 de agosto.

Diario El Comercio presentó una visión crítica: Es la prohibición del sexo explícito un acto de censura? Ni siquiera un juez logró definirlo. La medida impuesta por el Municipio de Guayaquil, a través del Museo Municipal, organizador del Salón de Julio, fue discutida, debatida, trajo polémicas y marcó el evento de este año.

Tal fue el debate, que cinco personas interpusieron una medida legal en contra de la medida. E incluso el día mismo de la premiación del salón, el padre de una artista protestó e increpó en duros términos a Melvin Hoyos, director de Cultura del Municipio.

Pero el principio del tema se da años antes. Gabriela Chérrez ganó en el 2007 el Salón, con su obra ‘Quiero un semental que me llene toda’, una obra que se basa en el porno español para hablar sobre un tema de sexualidad.

Según Hoyos, a partir de ese año se inicia una tendencia a usar el sexo explícito como una fórmula certera de ganar premios en el evento. Y para frenarlo, y cuidar a los menores que visitan el Museo, Hoyos y el Municipio decidieron implementar la medida.

Vino un grupo de personas, entre ellas estaban Andrés Crespo y Xavier Flores, e interpusieron una medida de amparo. Esta fue desechada por el Juez Décimo de lo Civil, Sócrates Moreno.

“Lo que nos queda es un juez que tuvo la oportunidad de dar un paso adelante para defender las libertades civiles. Esto no termina. Nosotros esperábamos abrir un debate y eso se logró”, explica Andrés Crespo.

Este año se presentaron al certamen 149 obras. De ellas, un jurado de preselección (integrado por Christian Parreño, Hugo Lara y Jorge Velarde) dejaron 25 trabajos, que luego pasaron a los jueces de premiación: Larissa Marangoni (Ecuador), Carlos Gómez Centurión (Argentina) y Francisco Brugnoli (Chile).

Ellos dieron el primer lugar a José Hidalgo, por su obra ‘Non signal’. El segundo premio fue para Marcos Restrepo, por ‘El efecto de algunos deseos’; y el tercer premio fue para Fabio Bajaña, por ‘Proyecciones en el espacio’.

“El Salón de este año es un retroceso”, señala Rodolfo Kronfle, curador y crítico de arte. “El hecho de volver a los dos jurados es un retroceso. Los jurados finales ven una selección de obras, no el conjunto que se presenta”, acota.

Además de los tres premios, el Salón repartió cuatro menciones de honor. En la premiación, Hoyos aseguró que la medida de los jurados fue acertada.

“La discusión por el uso del sexo es algo superado. Depende si hay calidad, concepto o no. Yo vi algunos trabajos de años anteriores, y si se sacaba el sexo explícito quedaban igual malos trabajos”, considera Carlos Gómez Centurión, miembro del jurado.

Según el museo, el uso del sexo explícito fue en aumento año tras año. Pero la ex directora de la entidad, curadora y crítica de arte, Pilar Estrada, no lo ve así.

“La medida fue innecesaria. Hay un jurado de expertos que puede decidir si algo es pornografía o no. Este año yo veo que las obras, las ganadoras y menciones, tienen buen nivel. Pero casi la mitad del salón son obras que no están a la par”, agregó.

El mismo concepto aporta Lupe Álvarez, curadora de arte. “El Salón debió tener la mitad de las obras que tiene. Comparadas a otros años, están bien las ganadoras. Pero no estoy de acuerdo con el tema de la censura previa. Hay jurados para eso”.

Francisco Brugnoli considera que en todas partes el sexo como tema es polémico. “Aun en Chile hemos tenido esos debates. Pero no creo que deba existir censura”. Un criterio similar al de Larissa Marangoni, quien cree que la polémica cerró las puertas para discutir temas más importantes.

La redacción de diario El Universo plantea que a pesar de que este año el Salón de Julio Pintura Fundación de Guayaquil se vio envuelto en la polémica debido a la cláusula establecida de no aceptar obras con contenido sexual explícito, las propuestas ganadoras y admitidas que forman parte de su exhibición han sido de buena calidad. Así lo afirman artistas y otras personas vinculadas al arte que acudieron al Museo Municipal, donde se asienta la muestra.

Lenín Mera, ganador del primer lugar del certamen pictórico de 2009 y quien este año logró una mención de honor por su obra Salpicadas, escuela de la perturbación, señala que el salón actual ha evidenciado “más crecimiento del arte contemporáneo, hay muy buenos trabajos, hay más creatividad”.

Similar reflexión comparte Ana Rosa Valdez, licenciada en Historia del Arte y profesora del ITAE, ya que menciona que las obras de la exposición del presente Salón de Julio tienen muy buena calidad.

Una calificación de 8 sobre diez le otorga el artista Javier Gavilanes, quien alcanzó ahora una mención de honor en la competencia pictórica y asimismo, ganó otra mención en el mismo concurso en la edición del 2004 y se ha colocado en los primeros lugares del Salón de Junio de Machala y del Festival de Artes al Aire Libre (FAAL).

Él afirma que este año “se mezclan las propuestas contemporáneas alternativas y las de manufactura muy elegantes que hacen que el salón se lo defina como bueno”.

Mera destaca la labor del jurado porque escogió obras con buen trabajo técnico y de contenido para la exhibición del Salón de Julio 2011. Considera interesante y muy bien lograda la propuesta triunfadora del primer lugar que pertenece a José Hidalgo y que lleva por nombre Non signal (Non series).

Gavilanes acota que fue acertado que Hidalgo haya ganado el concurso, porque “parecería que su obra es una impresión, pero está hecho a mano; hay una conexión directa con la manufactura del dibujo”.

Valdez destaca que del salón que hay una tendencia hacia un alejamiento de la representación social o problemáticas sociales, salvo algunas excepciones. Y cree “que hay más bien un abordaje sobre la cuestión formal artística, es decir, la experimentación de la técnica”.

Muestras de esto último, asegura, son los trabajos de Hidalgo y de dos de las cuatro menciones de honor, el de Anthony Arrobo y Javier Gavilanes.

Mera indica que el tercer lugar, otorgado a Fabio Bajaña por su trabajo Proyecciones en el espacio, le pareció muy creativo, por su presentación ya que aborda el tema de la institucionalidad a partir de usar elementos reciclados como las hojas de la guía telefónica. “Tiene un muy buen concepto su obra”, añade.

Agrega que no cree que la cláusula sobre no aceptar ahora obras con contenido sexual explícito haya afectado en la calidad de buenos trabajos que hay este año. “No es imprescindible que siempre estén en un salón temáticas de ese tipo. Uno puede usar su creatividad para hablar sobre el tema, sin tener que presentar imágenes demasiado explícitas”, dice.

Como ejemplo pone su obra, la cual -explica- tiene que ver mucho con esos lugares de la prostitución y “la he logrado de manera sutil”. “Tiene que ver con la pérdida de emociones, hay insinuación sobre la pérdida de la juventud, de la inocencia, de la virginidad”, acota.

Aunque él sostiene que el arte tiene muchas formas de expresión, y no considera que deba existir esa cláusula.

En tanto, el crítico de arte Juan Castro y Velázquez comenta que hay muy buenas obras en este salón, como el primero y segundo premio, aunque a modo general la exhibición no le pareció brillante. Señala que ha habido ediciones mejores. Enfatiza que en esta edición hay bastantes trabajos de autores nuevos en el arte.

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