El Whitney prepara exposición que tensiona realismo y surrealismo

El Museo Whitney de Nueva York, que se especializa en arte moderno norteamericano presentará en octubre una exposición que busca explorar el lado surreal de la realidad sin abandonar el mundo consciente en la futura exposición Real/Surreal. La muestra agrupa obras de una generación entera de pintores estadounidenses, que alcanzaron la cima de su producción en las décadas de los años veinte, treinta y cuarenta del siglo XX, como publicó 20 minutos.

El pintor George Tooker, fallecido este año, lo explicó con exactitud: «Busco la realidad impresa en la mente. La busco con tanta intensidad que vuelve a mí en sueños, pero no son sueños ni fantasía lo que retrato».

La muestra, con casi 150 cuadros de los fondos permanentes de la pinacoteca, una de las más completas del arte contemporáneo de los EE UU, quiere explorar la «tensión» entre las corrientes realista y surrealista, dos de las principales de la pintura del siglo pasado.

Entre los artistas representados están, además de Tooker Edward Hopper, Charles Sheeler, Helen Lundberg y Mabel Dwight.

Los organizadores opinan que el grupo de pintores de Real/Surreal mezclaron con frecuencia la visión realista del mundo con una interpretación, rayana con el surrealismo, del absurdo cotidiano y su extrañeza.

Las crónicas urbanas de Hopper, por ejemplo, son profundantemente subjetivas y están manchadas por una visión imaginativa.

La realidad destilada nacida del progreso

Sheeler, al igual que otros pintores de su grupo, estaba fascinado con los cambios en el estilo de vida derivados del progreso industrial, pero también en la artificialidad nacida de esos cambios. El resultado en sus cuadros deviene en una especie de «realidad destilada».

Helen Lundeberg y Mabel Dwight, por su parte, atacan nuestro sentido de la estabilidad incluso cuando nos muestran escenas reconocibles y mundanas.

Tooker, que sólo pintó 170 cuadros a lo largo de su vida, es quizá el que más se ajusta a los planteamientos de Real/Surreal.Sus cuadros muestran el lado oscuro del progreso, la alienación y la deshumanización al individuo en una sociedad cada vez más exigente y menos comprensiva.

 

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