«Verdades verdaderas» relata lucha de líder Abuelas Plaza Mayo

BUENOS AIRES (AP) — «Querido Guido, hoy cumples 33 años… te estoy buscando, te espero».

El anhelo expresado por Estela de Carlotto en los últimos minutos del filme «Verdades verdaderas» resume la lucha que hace más de tres décadas lidera la anciana que hoy es un símbolo de los derechos humanos en Argentina: encontrar a su nieto y otros cientos de niños arrebatados en la última dictadura militar (1976-1983).

La película, que se estrena comercialmente el jueves tras haber rotado por varios festivales internacionales, retrata la vida personal y pública de una mujer que a raíz de la muerte de su hija Laura y el robo del bebé que ésta tuvo en cautiverio pasó de ser una sencilla directora de escuela con poco interés en la política a una activista empeñada en encontrar a los niños que fueron botín de guerra de los represores.

La ópera prima de Nicolás Gil Lavedra ahonda en la vida de De Carlotto desde 1976, cuando un golpe militar dio paso a la más cruenta dictadura argentina, hasta la actualidad, en que la organización Abuelas de Plaza de Mayo que preside puede enorgullecerse de haber identificado a 105 adultos de más de 30 años que, cuando eran bebés, fueron sustraídos a sus padres asesinados o desaparecidos.

El personaje de Estela Barnes de Carlotto es interpretado por la actriz Susú Pecoraro. Alejandro Awada encarna magistralmente a Guido Carlotto, el fallecido marido de la defensora de derechos humanos, quien sufrió los vejámenes de los militares durante el mes que permaneció detenido.

Otras actrices con una importante presencia en el filme son Inés Efron, en el papel de Laura Carlotto; Laura Novoa, que interpreta a Claudia, la otra hija de la presidenta de Abuelas, y Rita Cortese, como una activista de la organización humanitaria.

El cineasta se detuvo en la vida íntima y familiar de la presidenta de Abuelas, que a sus 81 años ha recibido varios premios y distinciones internacionales y sigue viviendo en la misma casa de la ciudad de La Plata –a unos 50 kilómetros al sur de Buenos Aires — donde residió con su marido y cuatro hijos.

Sin caer en golpes bajos ni escenas de violencia gratuita, la película retrata a una mujer que todos los días se levantaba para ir a trabajar y atender una casa, pese a haber sufrido la pérdida de su hija Laura, encargada de prensa en la organización guerrillera Montoneros.

La joven fue detenida en noviembre de 1977 cuando estaba embazarada de pocas semanas, junto a su compañero y padre del bebé. Ambos fueron asesinados en agosto de 1978 por orden de las autoridades militares. Dos meses antes ella había dado a luz a un varón en cautiverio que aún no ha sido recuperado.

Guido, que es como Laura quiso llamar a su hijo y así se lo hizo saber a su madre a través de una intermediaria mientras estaba detenida, tendría hoy 33 años. Tal como pudo reconstruir De Carlotto de los testimonios de distintos ex detenidos, fue arrebatado de los brazos de la joven madre pocos días después de nacer en un hospital militar de Buenos Aires.

La película cuenta cómo Laura fue asesinada de un disparo en el cráneo y otro en el vientre, para intentar borrar las huellas de su embarazo. Su cuerpo fue entregado a sus padres, algo muy inusual en la dictadura.

También describe cómo la fuerza interior que llevó a De Carlotto a buscar al pequeño Guido encontró el lugar idóneo para potenciarse dentro de la organización creada por varias abuelas en 1977 para buscar a sus nietos, que eran niños secuestrados junto con sus padres o bebés nacidos en los centros de detención.

Las mujeres se abocaron a la búsqueda de sus nietos mientras intentaban encontrar a sus hijos desaparecidos con el apoyo de la organización Madres de Plaza de Mayo. Según las ancianas, aún hay unos 400 hijos de desaparecidos robados por militares o familias afines al régimen que desconocen su verdadera identidad.

El filme cuenta cómo en su proceso de transformación, De Carlotto tuvo que resignar su vida familiar. Por un lado sufrió la ausencia de otros dos hijos que tuvieron que exiliarse ya que sobre ellos sobrevolaba el peligro de convertirse también en víctimas de la dictadura. Además presenció el paulatino deterioro de su marido, con el que no pasaba todo el tiempo que hubiera querido, obligada por la tarea emprendida en Abuelas de Plaza de Mayo.

Tras asistir a la proyección del filme en el reciente Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, De Carlotto afirmó a periodistas que «esta es una película para que la memoria exista y muchos chicos de 32 o 33 años que tengan sus dudas se animen a venir a Abuelas».

La organización impulsó la creación en la década de los 80 de un banco de datos genéticos que ha permitido que jóvenes que fueron sustraídos por los asesinos de sus padres recuperen su identidad. Gracias a su trabajo, en la actualidad ocho ex represores, entre ellos el ex dictador Jorge Videla, acusados de participar en un plan sistemático para el robo de bebés, se sientan en el banquillo de los acusados en un juicio histórico.

La titular de Abuelas reconoció que durante un año se negó a la propuesta de Gil Lavedra de filmar una película sobre su vida. «Yo me negaba porque no soy nadie extraordinario, soy una más», dijo.

El director del filme es hijo de Ricardo Gil Lavedra, uno de los jueces que en 1985 condenó a prisión a los jerarcas militares de la dictadura. El cineasta de 27 años y De Carlotto se conocieron unos años atrás, durante la realización de su corto «Identidad perdida» sobre la recuperación de un nieto apropiado.

El realizador señaló a AP que su desafío en «Verdades verdaderas» fue «mostrar a mujeres comunes que hacen un acto heroico, extraordinario».

De Carlotto vio por primera vez la cinta acompañada de sus tres hijos y 13 nietos. «Fue muy emocionante, estaban muy agradecidos», dijo Gil Lavedra.

El hecho de que la cinta se haya proyectado fuera de Argentina abre la posibilidad de que los nietos robados que podrían residir en el extranjero conozcan la «historia verdadera», admitió el cineasta. «Con que uno solo se acerque a Abuelas después de ver la película para conocer su identidad me conformo», expresó.

El largometraje participó en septiembre en el Festival de Biarritz, Francia. En octubre estuvo en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, España, y en noviembre en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en Argentina. A fines de noviembre se proyectará en el Festival de Cine de Viña del Mar, en Chile.

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En Internet:


http://www.abuelas.org.ar/

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