«Lago Agrio-Sour Lake» de Pablo Cardoso en galería dpm

Guayaquil.- Pablo Cardoso presenta «Lago Agrio-Sour Lake» el 12 de julio a las 19h00, en galería dpm, ubicada en Circunvalación Sur 111A y Víctor Emilio Estrada, Ciudadela Urdesa.

La exposición estará abierta al público hasta el 30 de julio.

«Luego de concluida la serie Lebensraum Cardoso decide visitar el oriente ecuatoriano para constatar de primera mano las evidencias de la contaminación producida por la compañía Texaco (ahora Chevron) durante casi tres décadas de explotación petrolera.

Llega sin un proyecto artístico definido, impulsado más por la información que circula en noticieros y documentales acerca de lo que se ha convertido en uno de los mayores desastres ecológicos mundiales y que ha sido objeto –a partir de las demandas presentadas en 1993 y en el 2003- del más grande juicio medioambiental de la historia.

Poco más de un siglo después de Church el expansionismo por la vía del capital se consolidó mucho más allá del sur tropical y aquel supuesto Edén se encuentra en un rápido camino a convertirse definitivamente en un paraíso perdido.

La magnitud del shock experimentado hace que en esta ocasión Cardoso planifique una de sus travesías con un prominente empeño crítico; no hay aquí lugar para sutilezas innecesarias.

El pintor se propone documentar en 120 pequeñas pinturas un viaje que ya no lo tiene a él como protagonista subjetivo sino a un pequeño frasco que contiene una muestra de agua contaminada tomada directamente del primer pozo de Texaco en todo el Amazonas, instalado en la población ecuatoriana de Lago Agrio.

Esta ciudad en medio de la vegetación, que al presente cuenta con casi 60,000 habitantes, inicia su historia como campamento de la petrolera, obteniendo su nombre del ahora minúsculo pueblo de Sour Lake en Texas donde se desarrolla no solo la Texas Company (Texaco) sino también otras petroleras emblemáticas como Chevron, Gulf y Mobil. Hacia allá justamente se dirigió el contenido tóxico del pequeño frasco, un subproducto del proceso de explotación igual al que en la cantidad de 18 billones de galones fue a dar a los ríos de la selva, y que Cardoso derramó al pie del monumento que conmemora el hallazgo del primer pozo petrolero de la multinacional.

En este recorrido de más de 4,800 kilómetros de fluctuantes ambientes que nos lleva de Lago Agrio a Quito vía a Houston para llegar a Sour Lake, el artista ya no muestra, como era habitual, la centralidad del paisaje, sino más bien lo “subordina” como telón de fondo que tiene ahora como protagonista al pequeño frasco de agua contaminante.

Esta sustitución, que delata las taras del “progreso”, es a mi criterio igual de significante: esto es lo que nos queda.

Dentro de aquella compleja matriz de coordenadas culturales, históricas, políticas, económicas e ideológicas podríamos interpretar el acto de Cardoso como un pequeño gesto de retribución, el cual sin embargo cobra un valor simbólico gigante».

Rodolfo Kronfle Chambers

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