Director de la ópera de Wagner denuncia acto de censura

Berlín, 9 may (EFE).- El director alemán Burkhard Kosminski atribuyó hoy a un acto de censura la cancelación de su «Tannhäuser», retirado del programa de la Rheinoper, la Ópera del Rin, de Düsseldorf, por incluir crudas escenas del Holocausto nazi.

«Estoy totalmente conmocionado. Especialmente, por los argumentos dados. Es un acto de censura», afirmó Kosminski al diario Mannheimer Morgen, después de que ayer se conociera la retirada de cartel de su escenografía de la ópera de Richard Wagner.

El director afirma también que expresó al director general de la ópera de Düsseldorf, Christoph Meyer, su disposición a llevar a cabo

Burkhard Kosminski
Burkhard Kosminski

una «discusión sensata» para «tranquilizar los ánimos de todas las partes», pero que su oferta fue en vano.

El «Tannhäuser» de la Rheinoper fue retirado de programación apenas cuatro días después de su estreno, como consecuencia del revuelo desatado por escenas del Holocausto y el terror nazi.

Kosminski aclara que en ningún momento pretendió «insultar a las víctimas» del nazismo, sino denunciar esos horrores y que el tema de su obre es la culpa y la expiación de ésta.

El escándalo de la «Tannhäuser» de Düsseldorf se produce en pleno Año Wagner, en que se conmemora el bicentenario del nacimiento del compositor, el 22 de mayo de 1813.

El director afirma en sus declaraciones a ese medio que en ningún momento pretendió caer en la mera provocación, sino presentar su versión del héroe wagneriano.

La Rheinoper anunció el pasado miércoles la retirada de la escenografía, que será sustituida por un concierto con la ópera de Wagner.

«Con la mayor consternación reconocemos que algunas escenas han supuesto un fuerte impacto tanto psicológico como físico en muchos espectadores», reconoció la dirección de la ópera, a través de un comunicado.

Entre estas escenas cargadas de simbología nacionalsocialista se cuentan sangrientas ejecuciones y la representación de la muerte de prisioneros en cámaras de gas y, según medios locales, algunos de los asistentes tuvieron que recibir atención médica tras la representación.

«La Ópera no se puede responsabilizar de unos efectos tan extremos», agrega el comunicado, donde se admite que de entrada se era consciente de que la obra podía generar cierta «controversia».

El antisemitismo confeso de Wagner, en vida del compositor, la posterior utilización de su música por el aparato de propaganda nazi convierten en inflamable cualquier factor que relacione sus óperas con el Tercer Reich.

El año pasado, a pocos días de la apertura de la temporada en el wagneriano festival de Bayreuth (Baviera), la dirección optó por relevar del papel protagonista de «Holandés errante» al barítono ruso Yevgueni Nikitin, tras revelar la prensa popular que en su juventud se estampó un tatuaje nazi en el pecho.

Ese teórico «pecado de juventud» del solista fue suficiente para reavivar el debate sobre los vínculos entre el Tercer Reich y Bayreuth, el elitista festival que los herederos de Wagner colocaron a los pies de Hitler y su aparato de propaganda. EFE

Entre estas escenas cargadas de simbología nacionalsocialista se cuentan sangrientas ejecuciones y la representación de la muerte de prisioneros en cámaras de gas y, según medios locales, algunos de los asistentes tuvieron que recibir atención médica tras la representación.
Entre estas escenas cargadas de simbología nacionalsocialista se cuentan sangrientas ejecuciones y la representación de la muerte de prisioneros en cámaras de gas y, según medios locales, algunos de los asistentes tuvieron que recibir atención médica tras la representación.

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