Documental recoge estancia de Trotsky en México

México, 21 ago (EFE).- El documental «Mis memorias con Trotsky», presentado hoy en la capital mexicana, busca recordar a un hombre que «merece ser reconocido» y del que 73 años después de su asesinato «hay que seguir hablando».

«Fue una página muy gloriosa en la historia de México conceder el derecho de asilo a (Léon) Trotsky», dijo hoy a Efe su nieto, Esteban Volkov, hoy un octogenario que recuerda con nostalgia la estancia con sus abuelos en una casa ubicada en el barrio colonial de Coyoacán, en el sur del Distrito Federal.

Trotsky, uno de los hombres más influyentes del Gobierno soviético hasta la muerte de Vladimir Ilich Lenin en 1924, llegó a México el 1 de enero de 1937, tras haber estado sucesivamente en Turquía, Francia y Noruega.

El célebre muralista Diego Rivera, quien acogió a Trotsky en su casa, intercedió ante el presidente mexicano Lázaro Cárdenas (1934-1940) para que concediera asilo al legendario fugitivo, y el mandatario lo hizo, aunque a condición de que no interviniera en la política interna.

«Mis memorias con Trotsky» es el título del documental del cineasta argentino Adolfo García Videla, en el que Volkov evoca sus recuerdos junto a su abuelo y fundador del Ejército Rojo.

Desde el despacho de Trotsky y bajo la atenta mirada de un busto del revolucionario ruso realizado por una sobrina del ex primer ministro británico Winston Churchill, Volkov relató su estancia en México, de la que destacó el ambiente familiar que reinaba en la casa y «lo estricto» que era su abuelo.

«A él le gustaba llamarse un bolchevique leninista», matizó Volkov en el documental, quien no negó que su abuelo mantuviese una relación con la pintora mexicana Frida Kahlo.

Después del frustrado intento de asesinato en 1940 a manos de pistoleros afines a Stalin, Trotsky vivía con el presentimiento de que la muerte acechaba en cualquier rincón de la casa.

«Cuando uno cumple su misión en la vida, no teme a la muerte», recordó Volkov las palabras de su abuelo.

Tres meses después, Ramón Mercader, un agente estalinista de origen español que se había infiltrado en el hogar de Trotsky, acabó con la vida del político ruso.

Volkov siguió viviendo con su abuela Natalia Sedova en la casa de Coyoacán, ubicada en los alrededores de la Casa azul donde vivieron Rivera y Kahlo. EFE

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