El arte robado por los nazis obliga a Alemania a seguir expiando su pasado

Berlín, 4 may (EFE).- El tesoro de cientos de cuadros hallado en la casa del anciano coleccionista Cornelius Gurlitt ha resucitado en Alemania el interés por el arte robado por los nazis, un crimen que sigue expiando el país, mientras se suceden las restituciones a los herederos de los propietarios.

Según datos del Gobierno federal, el organismo encargado de investigar el origen de las colecciones públicas alemanas ha analizado desde 2008 la historia de 90.000 pinturas y dibujos en cerca de setenta museos y la procedencia de más de medio millón de libros de una veintena de bibliotecas.

En los últimos quince años, alrededor de 12.200 objetos, 7.000 de ellos libros, han regresado a las manos de sus legítimos propietarios o de sus herederos, según el centro de coordinación de Magdeburg, encargado de dar coherencia al trabajo de las diferentes entidades embarcadas en esta compleja misión.

Las autoridades alemanas decidieron sistematizar las investigaciones tras el debate que suscitó en 2006 la restitución del cuadro de Ernst Ludwig Kirchner «Berliner Strassenszene» (Escena callejera berlinesa).

La ciudad había adquirido el lienzo en 1980 para la colección del Museo Brücke y decidió devolverlo a los herederos del coleccionista judío Alfred Hess, sin poder aclarar si había sido expropiado o vendido voluntariamente.

Aunque no despierten el asombro mundial que provocó el descubrimiento aparentemente casual de la colección de Gurlitt, el goteo de casos es permanente.

Uno de los últimos lo protagonizó esta misma semana el lienzo «Pariser Platz in Berlín», pintado por el expresionista austriaco Oskar Kokoschka en 1926 y perteneciente a la colección de la Nationalgalerie de Berlín.

Hasta el pasado mes, el cuadro adornaba las paredes del despacho del presidente de la Fundación Preussischer Kulturbesitz, institución bajo cuyo paraguas se enmarcan los principales museos de la capital y que, curiosamente, trabaja de forma activa en la investigación del arte expoliado por los nazis.

Fue en el curso de uno de esos proyectos cuando saltaron las alarmas, al no poderse comprobar si el Kokoschka había sido adquirido por el Dresdner Bank, que luego vendió su colección al estado, antes de 1933, fecha de la llegada al poder de los nacionalsocialistas.

«Confío en que podamos aclarar lo más rápido posible y de forma fehaciente las circunstancias de la compra», subrayó el presidente de la Fundación, Hermann Parzinger, tras el acuerdo de cooperación con la familia de Anna Caspari, a quien perteneció el cuadro en el pasado.

Caspari, reconocida coleccionista y marchante de arte en Múnich en los años veinte, fue deportada en 1941 por los nazis a Riga, como otros muchos miles de judíos, y murió asesinada.

Es solo un ejemplo de los procesos en marcha. El banco de datos digital creado en año 2000 para recoger todas las reclamaciones incluye hoy la descripción detallada de más de 154.000 objetos.

Son principalmente obras de arte y archivos robados por los nazis a sus propietarios, la mayoría judíos, o que se encuentran en paradero desconocido desde la Segunda Guerra Mundial.

Más de 1.400 particulares e instituciones nacionales e internacionales han registrado sus búsquedas en ese banco de datos (www.lostart.de) y desde noviembre aparecen también en él 590 cuadros de dudoso origen de la colección de Gurlitt.

Dado el volumen del hallazgo en la casa de este coleccionista, se creó un grupo de trabajo dedicado en exclusiva a su estudio, pero las escasas noticias que se filtran a los medios hacen prever una complicada investigación.

En marzo Gurlitt aseguró que colaboraría con la justicia y, como primera muestra de buena voluntad, anunció que devolvería el cuadro «Mujer sentada», de Henri Matisse.

Según la documentación existente, la pintura había sido sustraída en 1941 al coleccionista Paul Rosenberg, poco después de que los nazis tomaran Francia durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero las herederas de Rosenberg -Marianne Rosenberg y Anne Sinclair, exmujer del exresponsable del FMI, Dominique Strauss-Kahn- deberán esperar.

A principios de abril, los abogados de Gurlitt informaron de que un tercero, cuya identidad no ha sido revelada, había reclamado el lienzo, lo que obligaba a realizar nuevas comprobaciones. EFE

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