Artistas pasean proyectos irrealizados en NoMíNIMO

Jorge Oña, "The tour"

Guayaquil.- Para la galerista Pily Estrada, curadora de la muestra «Y habían dicho que era un paseo», se presenta como una exposición optimista, colorida, y sin embargo, en realidad, es más bien una muestra desesperanzada: trata de proyectos que comenzaron con ilusiones y no pudieron ser terminados, no llegaron a feliz término, por ejemplo, dice Pily: «la obra «Horizonte» de Anthony Arrobo, que consiste en copas de cristal rellenas de cemento, en realidad están hechas de elementos que son precisamente, los que nos impiden contemplar el horizonte, o las fotografías de María Rosa Jijón, que a pesar tan bonitas, nos cuenta la historia de un fracaso, son fotos tomados en Alaska, de un proyecto abandonado», y los globos de colores que suben al cielo en el cuadro de Jorge Oña, llevan féretros».

Y habían dicho que era un paseo”, la muestra de los artistas Anthony Arrobo, Adrián Balseca, Gabriela Fabre, José Hidalgo-Anastacio, María Rosa Jijón, Fabiano Kueva, Jorge Oña, René Ponce, Chay Velasco, se mantiene en NoMíNIMO espacio cultural hasta el 9 de agosto.

"Horizonte", de Anthony Arrobo
«Horizonte», de Anthony Arrobo

Fabiano Kueva, sorprende con una obra que consiste en una vitrina y un video instalación  llamado «Humboldt Mueum Berlín», donde él mismo se filma visitando los lugares a donde estuvo Alexander von Humboldt y recreando sus descubrimientos. Adrián Balseca tiene un video donde registra el viaje imposible que realiza con un carro Andino, de los años 60, que lo hace arreglar, en otra demostración de una idea, la de producir dichos carros, que terminó fracasando.

"Humboldt Museum Berlin", obra de Fabiano Kueva.
«Humboldt Museum Berlin», obra de Fabiano Kueva.

LaRepública conversó con algunos de los expositores, entre ellos con Gabriela Fabre (Guayaquil,1984) cuya obra «56 días» la ha sacado de su contexto, puesto que formaba parte de un conjunto de obras llamado «Una habitación propia», que consiste en varias cartulinas dibujadas con dedos y uñas, que han sido intervenidas con hilo rojo.

«Mi obra es como una bitácora de 56 días», dice Gabriela, «donde cada día representa un poco el estado anímico, psicológico de cada día, por eso es que unas son un poco más agresivas que otras, son estas heridas en los dedos que que muchas personas se hacen a sí mismas cuando están un poco nerviosas, empiezan a arrancancarse pellejitos de los dedos y se los lastiman A mí me pasa que estoy viendo una película, y de repente, me veo que tengo la uña con sangre, que me he lastimado, son como pequeñas agresiones inconscientes, que yo las represento con hilo y cartulina, me pareció interesante romper el papel y dibujar con el hilo, e ir buscando más posibilidades de estas agresiones».

María Rosa Jijón
María Rosa Jijón

Para el artista Jorge Oña, «The tour», (Quito, 1984): «básicamente esta obra es parte de mi investigación de tesis del ITAE,y ésta se origina de experiencias de mi niñez, es una reseña autobiográfica de alguna manera: cuando tenía 4 años jugaba en un cementerio en ruinas. Fuimos a retirar los restos de una tatarabuela y desde entonces yo regresaba con frecuencia a jugar allí. Era un cementerio en ruinas, ¡que cuestión tan poética!»

«Yo soy deudor de la cuestión gráfica digital, soy diseñador gráfico, soy deudor también de la gráfica de los video juegos, siempre ha sido mi enfoque principal la ilustración, y trato de hacer una utilización de los medios formales en mi obra. Me he enfocado mucho en construcciones cubiertas que se cubren con mallas de polietileno de vivos colores» continúa Jorge, «y hay muchas que nunca se terminan por falta de presupuesto, y se vuelven ruinas. Entonces, mi trabajo es alegórico de muchas maneras, y en él juegan muchos elementos, porque se trata de una construcción que apenas se comienza, se vuelve una ruina. Con ésta obra, me acerco a  las catedrales que suben más allá de las nubes, que dan  un toque nostálgico, y luego están los globos, que son fácilmente identificables, pero que su textura es malla de polietileno».

René Ponce, "La vuelta al mundo en bicicleta"
René Ponce, «La vuelta al mundo en bicicleta»

René Ponce, (Guaayquil, 1983),  estudió en el colegio de Bellas Artes, y se graduó del ITAE. Respecto de su obra «La vuelta al mundo en bicicleta» nos cuenta que su trabajo tiene que ver con el territorio, y junto con eso, una de las ideas más vivas en sus propuestas son los mapas. «Ya en octubre del 2012», nos cuenta, «expuse en galería DPM mi primera muestra individual llamada «Ser o star»(estrella) donde tocaba esos tópicos de los territorios, de las demarcaciones, donde hacía dos mapamundis uno del cielo y uno del infierno, celestial político e infernal y político, y otro tipo de obras, como el del pañuelo que me recuerda a «La vuelta al mundo en bicicleta» porque acudo a la literalidad: era un pañuelo con el mundo pintado, sólo que tenía esos dobleces, como quien se lo va a meter en el bolsillo, como esa frase española que dice que «el mundo es un pañuelo».

Y ahora acudo  nuevamente a esa literalidad, pues el titulo evidencia inmediatamente lo que está sucediendo, pero también tomé «La vuelta al mundo en bicicleta» por lo épico de este tipo de viajes, de ésa gente aventurera que decide dar la vuelta al mundo en bicicleta, pero ahora, yo asumo que es darle la vuelta al mundo que va en la parrilla de la bicicleta, entonces la pregunta sería ¿la vuelta a qué estás dando?… Es una bicicleta vetusta, bastante trajinada que da esa connotación de paso de tiempo, de condiciones climáticas que pudieron haberse dado en esos viajes imaginarios».

Chay Velasco, "Celestial"
Chay Velasco, «Celestial»
"Medio camino"
«Medio camino», de Adrián Balseca.
Jorge Oña, Gabriela Fabre y René Ponce
Jorge Oña, Gabriela Fabre y René Ponce

mrjc/Fotos LaRepública

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