Goytisolo: «Los contaminados por Cervantes no nos resignamos a la injusticia»

GRA317. ALCALÁ DE HENARES (MADRID), 23/04/2015.- El Rey Felipe VI saluda al escritor Juan Goytisolo, momentos antes de entregarle hoy el premio Cervantes, en una ceremonia que ha tenido lugar en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. EFE/J. J. Guillén ***POOL***

Alcalá de Henares (España), (EFE).- El escritor Juan Goytisolo afirmó hoy, al recibir el Premio Cervantes, que, al igual que le sucedía al Quijote, los lectores «tocados por la gracia» de esa novela no se resignan a un mundo «aquejado de paro, corrupción y crecientes desigualdades sociales» como el actual.

«Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia», aseguró Goytisolo en su discurso, breve y de marcado carácter social, y en el que manifestó su admiración por el «Quijote», esa novela «cuya fuerza genésica alcanzaría una dimensión sin fronteras ni épocas».

En el discurso, Goytisolo, «incurable aprendiz de escribidor», reivindicó la necesidad de «volver a Cervantes y asumir la locura de su personaje como una forma superior de cordura». Esa es «la lección del ‘Quijote'».

«Al hacerlo no nos evadimos de la realidad inicua que nos rodea. Asentamos al revés los pies en ella. Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia», dijo Goytisolo (Barcelona, 1931).

«Llevo en mí la conciencia de la derrota como un pendón de victoria». Esa frase del portugués Fernando Pessoa, con la que Goytisolo se identifica plenamente, le dio pie a afirmar que «ser objeto de halagos por la institución literaria» lo lleva a dudar de sí mismo, pero «ser persona non grata a ojos de ella» lo reconforta en su conducta y labor.

«Desde la altura de la edad, siento la aceptación del reconocimiento como un golpe de espada en el agua, como una inútil celebración», dijo Goytisolo ante las autoridades que asistieron a la ceremonia, entre ellas los reyes de España, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, localidad cercana a Madrid.

«Devoto de Cervantes», como se declara con frecuencia, Goytisolo criticó el «empecinamiento» de las autoridades en desenterrar «los pobres huesos» del escritor y «comercializarlos tal vez de cara al turismo como santas reliquias fabricadas probablemente en China», y se preguntó si no sería mejor «sacar a la luz los episodios oscuros» de su vida «tras su rescate laborioso de Argel».

«¿Cuántos lectores del ‘Quijote’ conocen las estrecheces y miseria que padeció (Cervantes), su denegada solicitud de emigrar a América, sus negocios fracasados, estancia en la cárcel sevillana por deudas, difícil acomodo en el barrio malfamado del Rastro de Valladolid con su esposa, hija, hermana y sobrina en 1605, año de la Primera Parte de su novela, en los márgenes más promiscuos y bajos de la sociedad?». 

Además, contundente, reivindicativo y con un discurso muy social. Así se mostró el escritor Juan Goytisolo en la ceremonia del premio Cervantes, donde tuvo palabras contra la crisis política, la corrupción, el paro o los nacionalismos.

Un discurso que fue breve -uno de los más cortos en la historia del premio, tres hojas-, pero en el que dijo muchas cosas, como ya había anunciado. Un discurso en el que reivindicó a Cervantes y que ha sido el de un indignado por la injusticia social, la tragedia de los inmigrantes o los desahucios.

«Porque las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo», subrayó el autor catalán afincado en Marraquech, la ciudad a la que ha dedicado el premio, junto a su maestro Márquez Villanueva.

«Volver a Cervantes y asumir la locura de su personaje como una forma superior de cordura tal es la lección del Quijote. Al hacerlo no nos evadimos de la realidad inicua que nos rodea. Asentamos al revés los pies en ella. Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia», sentenció el autor en su discurso titulado: «A la llana y sin rodeos».

Y como ya anunció Juan Goytisolo (Barcelona, 1931), un escritor heterodoxo e irónico y que siempre ha intentado romper cánones, no vistió el chaqué, como manda la tradición del premio.

Vestía una chaqueta de cuadros grandes y la única corbata que dice tener y que apenas usa. La última vez que se la puso fue «hace unos diez años en México», le decía a un grupo de periodistas, ante quienes reconoció que se sintió «abrumado» y «desdoblado», pero que no se emocionó en ningún momento.

En esta ceremonia del Cervantes, presidida por los reyes de España, Felipe VI valoró «la mirada crítica» del nuevo premio Cervantes, cuya «deslumbrante obra» ayudará a los españoles a replantearse «visiones e ideas establecidas» y les impulsará a reflexionar sobre el presente y el pasado, «para así quizás afrontar mejor el futuro».

En su discurso, el monarca defendió a Goytisolo como uno de los principales representantes de Cervantes en castellano de las últimas décadas y una figura cumbre de la literatura en español, que ha realizado además «aportaciones fundamentales» a la historia cultural de España…

En la ceremonia de entrega del premio, un poco más sobria y algo más fría que otras ediciones, estaban presentes el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha y el director de la Academia de Lengua, Dario Villanueva, además de diversos cargos políticos tanto nacionales como autonómicos

También autores como Carmen Posadas, Marta Rivera de la Cruz, Mercedes Mommany, José María Ridao o la viuda del escritor Carlos Fuentes, Silvia Lemus, que se acercaron al paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares -localidad natal de Cervantes y en la que siempre se entrega este premio- para compartir con Goytisolo la entrega del premio más importante de las letras hispánicas.

Tras la ruptura del protocolo de la ceremonia, y ya en la recepción en uno de los patios de la universidad, los reyes Felipe y Letizia -con un vestido rojo carmesí y de crepé y el pelo recogido en un moño- hablaron con Goytisolo y posaron en una foto, en la que también, por primera vez, no posaron los familiares del premiado.

A Juan Goytisolo le acompañaron dos de sus sobrinos: Julia, hija de su hermano fallecido José Agustín y que da nombre al famoso poema «Palabras para Julia», musicado por Paco Ibáñez y todo un icono para una generación, y el hijo de Luis Goytisolo, Gonzalo, que es pintor.

«He hablado con los Reyes que han sido muy simpáticos y se nota que la Reina sí ha leído mi obra», concluyó un Goytisolo con ganas de pasar este trámite y volver a vivir su tarea de escritor con «adicción». EFE

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