Buenos Aires, (EFE).- La imaginación, el color y la creatividad toman Buenos Aires durante estos días de la mano de arteBA, la mayor feria de arte de Argentina, que en su edición número 24 apuesta por artistas jóvenes y galerías independientes para mantener vivo el mercado del arte contemporáneo.
Las obras de 81 galerías de arte de todo el mundo, 21 de las cuales participan en el encuentro por primera vez, se extienden por los amplios pasillos del predio ferial de La Rural y algunos rincones de la capital argentina entre el 4 y el 7 de junio en el marco de la Feria de Arte Contemporáneo de Buenos Aires.
«La feria es un monstruo», asegura Sebastián Vidal, el ganador del programa de jóvenes curadores, en una entrevista con Efe en la que confiesa que expone su obra «feliz» y algo asustado porque lo hace en una plataforma de visibilidad muy «fuerte» como es arteBA, que este año espera alcanzar la cifra de 100.000 asistentes que ya logró en años anteriores.
En el caso del concurso en el que participa Vidal, la idea es generar un canal de difusión para profesionales jóvenes y galerías con propuestas internacionales, de forma que logren el apoyo de museos y fundaciones y conquisten a un público que durante cuatro días se unirá a las charlas, representaciones y muestras de esta celebración del arte contemporáneo por 120 pesos (unos 13 dólares).
El comisario argentino considera que el arte no es elitista, sino que aunque esté «profesionalizado» y exista un gran número especialistas «a nivel global», sigue siendo «accesible» y «comprensible» para el ciudadano de a pie.
Con él discrepa la galerista española María Colubi, quien cree que, «por definición», el arte, y «más el contemporáneo», es algo «minoritario» que está destinado «para unos cuantos», aunque afirma que ella siempre apostará por una democratización y una apertura de su sector.
Es la segunda vez que la codirectora de Bacelos, con sedes en Vigo y Madrid, participa en la feria pero, en esta ocasión, lo hace gracias a una de las novedades de este año: el espacio «Special Projects Patio Bullrich», en el que galerías de todo el mundo exponen un proyecto especial de hasta tres artistas.
Colubi defiende que las únicas claves para que un creador pueda triunfar son «la calidad, la dedicación y la profesionalidad», como las que caracterizan a Lúa Coderch, una de las jóvenes que exponen en su espacio y que apuesta por el audio mediante una pieza que repasa los temas que cantaban las mujeres del bando republicano durante la Guerra Civil española.
«Las galerías españolas tendemos a salir de feria porque la situación de crisis sigue siendo notable», declara Colubi antes de apuntar que pese a que el consumo de arte en su país «se multiplicó por mil» en los años 80 y 90, ahora mismo «el círculo vuelve a cerrarse» y los «pocos que compran» están casi siempre en América.
En esta ocasión, la oportunidad para venderse a uno mismo se encuentra en arteBA, donde artistas de todo el mundo utilizan su creatividad y su ingenio para plasmar sus sensaciones en todo tipo de soportes mediante el color e, incluso, el movimiento, ya que en su 24 edición, la feria ha apostado fuertemente por el arte visual mediante las perfomances.
Además, este año destaca el protagonismo de jóvenes como el argentino Martín Farnholc, de 24 años, quien cuenta con su propio hueco en «Barrio Joven», una zona que acoge proyectos de no más de tres años, tanto de galerías como de particulares, con un precio que no supere los 3.000 dólares.
Frente a una pared cubierta de papeles impresos en blanco y negro en los que evidencia «la influencia de internet en las formas de trabajar de los jóvenes», el galerista de «Urgente» explica a Efe que nunca se obsesionó con ser original para poder triunfar.
Para él, el secreto del éxito no es otro que «trabajar, persistir y probar» para dar con la obra que pueda hacerse un hueco en este complejo y en ocasiones incomprendido mundo del arte contemporáneo.
Ecuador está presente con la galería NoMíNIMO de Pily Estrada, con los artistas Obra de Óscar Santillán, José Hidalgo-Anastacio y Adrián Balseca, en «Special Projects», stand C 14. EFE
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