Emily Watson: «Aún me quedan muchas ambiciones por cumplir»

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SAN SEBASTIAN, España (AP) — La actriz británica Emily Watson recibió este viernes el premio Donostia del Festival de Cine de San Sebastián en reconocimiento a su trayectoria, que comprende títulos como «Rompiendo las olas», «Hilary y Jackie» y «Gosford Park».

Watson, que recogió el galardón de manos del director de la muestra, José Luis Rebordinos, agradeció el «enorme honor» de ser la destinataria del premio en la 63 edición del Festival y definió el cine como una «alfombra mágica» que tejen quienes trabajan en una película.

«Montarse en esa alfombra fue para mí el comienzo de un gran viaje», dijo Watson, que extendió sus agradecimientos por el premio a su familia y su entorno más cercano.

«He tenido el privilegio de llevar a la pantalla las vidas de personas con una vida muy interesante, mucho más que la mía. No sería actriz si no fuera una persona algo frágil y vulnerable. Pero si he llegado hasta aquí ha sido gracias a todos los que me han protegido y ayudado», añadió, ante el aplauso del auditorio Kursaal de la ciudad vasca.

Horas antes, ante los medios de comunicación, Watson señaló que se siente afortunada por la «increíble» carrera que ha desarrollado y aseguró que aún le restan «muchas ambiciones» por cumplir en la gran pantalla.

La actriz subrayó que su vida profesional «es como la de un gitano, te dejas llevar por el viento», en alusión a los distintos proyectos en los que hace incursión, y admitió sentirse «rara» por recibir un premio a su carrera: «Aún siento que tengo 23 años».

La actriz destacó a Robert Altman y Lars Von Trier como los directores que más influencia han tenido en su carrera cinematográfica.

A Altman, quien la dirigió en «Gosford Park», lo definió como «el ser más extraordinario» que ha conocido.

«Era un filósofo del cine, no seguía las normas de nadie. Fue muy divertido hacer esa película», dijo la actriz, que no respondió cuál es la película de la que siente más orgullosa porque eso «es como decir quién es tu hijo favorito».

Foto: diariodeunacinefila.files.wordpress.com
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En «Gosford Park» (2001), que sigue las relaciones entre aristócratas y sirvientes en la década de 1930, Watson compartió escenario con Maggie Smith, Helen Mirren y Kristin Scott Thomas, entre otras actrices.

Cinco años antes, en 1996, debutó en el cine con «Breaking the Waves» («Rompiendo las olas») del danés Von Trier, en la que dio vida a Bess, una ingenua joven decidida a todo por amor.

«Rodar con él fue un gran desafío. Von Trier tenía fama de ser muy exigente con las actrices, pero para mí fue una gran experiencia», recordó. «Me sumergí por completo en el papel al punto que olvidé que estaba en una película. Antes de hacer «Rompiendo las olas» yo no sabía si valía para rodar una película».

La filmografía de Watson también incluye, entre muchas otras, cintas como «The Boxer» (Jim Sheridan, 1997), «Angela’s Ashes» (Alan Parker, 1999) y «Hilary and Jackie» (Anand Tucker, 1997). Esta última y «Rompiendo las olas» le merecieron nominaciones como mejor actriz a los premios Oscar y Globos de Oro.

«Si eres interesante, consigues papeles interesantes», respondió Watson a una pregunta relativa a la dificultad de las actrices para conseguir trabajo en Hollywood una vez que dejan de ser jóvenes y atractivas para la industria.

«Tu físico es muy importante para un casting», continuó, «y está claro que un ‘look’ tipo Hollywood es muy difícil de gestionar. Pero eso es ser mujer en esta profesión y así son las cosas», explicó la actriz, que citó a Helen Mirren, Maggie Smith, Judi Dench y Eileen Atkins como algunas de las intérpretes que más la han inspirado.

Watson, que también ha trabajado con directores como Steven Spielberg («War Horse») y Joe Wright («Anna Karenina»), no quiso pronunciarse sobre la lucha emprendida por algunas actrices de Hollywood en demanda de una igualdad salarial con los actores: «A mí me encanta hacer un trabajo por el que me pagan, pero no voy a meterme en esta cuestión. Es la industria la que debe responder a esta pregunta».

La británica, que presentó a principios de este mes su más reciente película, «Everest», en el Festival de Venecia, calificó al cine actual como un movimiento «cíclico» en el que se ruedan historias muy similares entre sí inspiradas en otras que ya han tenido previamente un éxito en la taquilla.

No obstante, señaló que «siempre habrá grandes directores que harán cine a pesar del sistema» y destacó su «fortuna» por haber trabajado con algunos de ellos. Además de los citados, destacó a Paul Thomas Anderson, a cuyas órdenes estuvo en «Punch-Drunk Love» (2002).

«Siempre he buscado mi propio camino. El mío ha sido fantástico. He tenido un viaje en el cine realmente increíble y la vida me sonríe. Pero aún tengo muchas ambiciones por cumplir y muchos directores con los que me gustaría trabajar», dijo Watson, que aludió a Todd Haynes como uno de los realizadores con los que querría rodar.

Casada y con dos hijos de los que no se permite estar lejos mucho tiempo, Watson elogió el liderazgo que exhiben los directores, una cualidad de la que admitió no disponer.

«Creo que cuando era más joven pensé en dirigir, pero la idea me duró cinco minutos», bromeó. «Para dirigir una película tienes que ser polifacético, capaz de ser un líder. Es algo que requiere el mismo compromiso que tener un hijo».

De cara al futuro, confesó que le «encantaría» rodar una comedia, un campo en el que no se ha prodigado.

Su premio Donostia es el único que se entrega en esta edición de San Sebastián, que concluye el sábado con la ceremonia de clausura y el anuncio de los galardones. El año pasado, los dos premios Donostia recayeron en los actores Denzel Washington y Benicio del Toro.

 

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