Nélida Piñón critica el patriarcado familiar en «La camisa del marido»

MADRID, 07/10/2015.- La escritora brasileña Nélida Piñon, durante la entrevista con Efe con motivo de su nuevo libro publicado en España "La camisa del marido", un volumen de cuentos por los que desfilan algunos de los temas constantes de la autora y miembro de la Academia Brasileña, como la familia, el sexo o el poder. EFE/Paco Campos

Madrid, (EFE).- Vitalista, prolífica, enamorada de la literatura, la escritora y académica brasileña Nélida Piñon ha reunido en «La camisa del marido» un conjunto de relatos alrededor de la familia, donde critica al patriarcado. «En la familia está todo, puede ser tanto una maravilla como un infierno», dice.

«Nada está fuera de la familia, es un acervo extraordinario a partir del cual tu te introduces en el mundo. Sin la familia estás desamparado en la materia de los sentimientos, y con ellos puede ser bueno o terrible, y a partir de ahí o te alías con la vida o la repudias», explica a Efe la escritora, Premio Príncipe de Asturias en 2005.

Piñón, nacida en Río de Janeiro y de padres españoles, trata en «La camisa del marido» muchos de los temas de toda su literatura, el amor y la pasión, la venganza, la soledad, la frustración o la violencia.

Y violencia, pasión y venganza es lo que domina el primer cuento que da título al libro, «La camisa del marido», un texto donde la autora de «La república de los sueños» pone carne y sensualidad a cada palabra para hablar de una familia con un padre autoritario y egoísta, unos hijos interesados y castrados, y una madre enajenada por el amor y el deseo hacia el marido.

«Me salió también un relato en el que hay mucha violencia para hablar de unos hijos estigmatizados por la figura del padre; pero a mí me gusta hablar de las contradicciones y ambivalencias del ser humano. Hay que saber oscilar entre la maldición y la bendición, con personajes imperfectos», asegura esta Catedrática de la universidad de Sao Paulo (Brasil).

En los nueve cuentos, que son nueve historias en las que nada sobra y nada falta, porque así es el cuento, según reconoce la autora, Piñón también traza un elogio de la imaginación, del arte de narrar, de la oralidad y de la generosidad de la gente pobre.

«No es raro que los pobres adopten niños abandonados, mientras que los ricos no lo suelen hacer porque piensan en las herencias y la sangre», precisa la escritora que dice que esa ambigüedad de la condición humana es indispensable para la literatura, para no hacer de ella un elemento didáctico.

«La literatura pedagógica no me interesa», recalca esta mujer que intercala en su discurso sobre el libros su apasionado su amor por los perros.

Así, Nélida Piñón, que contagia su pasión por la vida a cualquiera que tenga delante, asegura que es feminista, que ese pensamiento le viene de lejos y que ahora ve en las mujeres jóvenes un momento de resurgimiento.

Y es que a Piñón, considerada una de las grandes escritoras del mundo, siempre se la compara con algún escritor grande como Philp Roth o Paul Asuter, por ejemplo.

«Hacen estas comparaciones para echar un manto de protección, para que pueda ser vendida y así demostrar que eres competente. He sufrido por ser escritora muchos prejuicios, un prejuicio insidioso no mencionado», subraya Piñón, quien recuerda que «en Brasil, como en toda Iberoamérica, quedan muchos derechos por conquistar».

«En Brasil la violencia doméstica es terrible -sostiene- y en muchos casos mutilan el rostro de las mujeres en vez de matarlas para impedir que esa mujer tenga futuro, cancelan su vida así».

La escritora, bohemia y disciplinada por su formación desde niña en el colegio alemán, reivindica también el honor en estos tiempos difíciles.

«El honor y el pundonor son algo extraordinario en estos tiempos. Tiene el sentido de protección. Es como si fueras una sociedad civil, una república con todos tus derechos y deberes y así no quiero exponer mi patrimonio, que es mi cuerpo, de una manera vulgar. Si pierdes el honor, pierdes tu biografía», sentencia.

Piñón, que no para de trabajar, y ya tiene entre manos dos libros, uno de ensayo y otro de aforismos, asegura que la vida te deja «maravillas y cosas siniestras, de una crueldad tan grande que, a veces, te da la tentación de renunciar a tu humanidad y lo vemos ahora con los refugiados. El mundo se ha hecho muy indiferente», concluye.EFE

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