Quito.- Mientras presentaba el libro ‘Dolores Veintimilla: más allá de los mitos’, de María Helena Barrera, el profesor universitario Diego Falconí Travez se enteró que había ganado el Premio Literario Casa de las Américas 2016, por medio de una nota del medio «Prensa Latina».
Se trata de uno de los más importantes galardones de la lengua castellana y Falconí Travez sería, según pudo investigar preliminarmente este periódico, uno de los pocos ecuatorianos en ganarlo. El primero en recibirlo fue el célebre escritor Jorge Enrique Adoum en categoría de poesía y luego Julio Pazos Barrera, también poeta. También lo ganó Raúl Pérez en categoría cuento.
El premio fue instituido en 1960 por el recién inaugurado gobierno de la revolución cubana y se entrega cada año por parte de la Casa de las Américas.
Diego Falconí Travez es abogado con subespecialidad en Derechos Humanos, y licenciado en Artes Liberales, por la Universidad San Francisco de Quito. Ha sido profesor de la Universidad Andina y también es doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Actualmente es profesor en el Colegio de Jurisprudencia de la Universidad San Francisco de Quito. Fue profesor del Área de Letras en la Universidad Andina Simón Bolívar. También es profesor invitado en el master de Estudios Literarios y Culturales de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Reside entre Barcelona y Quito. Hasta el momento, además de papers académicos, ha publicado varios libros en los que se cuentan ‘A body that could never rest’ (2008), ‘El cuerpo significante’ (2011) y ‘Las entrañas del sujeto jurídico’ (2012).
Sus líneas de investigación son el estudio del cuerpo y el análisis literario, los estudios gays, lésbicos y queer, las teorías pos/decoloniales y los estudios andinos.
El ensayo con el que ha ganado el Premio Casa de las Américas es ‘Las cenizas al texto. Literaturas andinas de las disidencias sexuales en el siglo XX’, según informó Prensa Latina, por «la relevancia de su contribución a las discusiones teóricas sobre sexualidad y poder y por su particularización de estas discusiones en la lúcida lectura de los textos literarios», según consideró el jurado.
En esta categoría recibieron menciones los textos ‘A flote: Dos décadas de arte en Cuba’, de la local Mailyn Machado; y ‘Corazones errantes: ¿Dónde está mi mundo?’, del también local Joaquín Borges Triana.
Los intelectuales Sandra Lorenzano, de Argentina-México; Julio Ramos, de Puerto Rico; y Mayerín Bello, de Cuba, fueron los encargados de elegir el mejor ensayo de la presente edición.
En categoría cuento ganó el argentino Ariel Urquiza, con ‘Ni una sola voz en el cielo’. Los intelectuales que fungieron como jueces en el apartado de Cuento fueron Santiago Gamboa, de Colombia; Ana Quiroga, de Argentina; Eduardo Lalo, de Puerto Rico; Ramiro Sanchiz, de Uruguay y Pedro Juan Gutiérrez, de Cuba.
En teatro ganó ‘Si esto es una tragedia yo soy una bicicleta’, de Legna Rodríguez Iglesias (Cuba).
Además, Prensa Latina ha informado que se entregaron los siguientes galardones:
– Premio de Estudios sobre Culturas Originarias de América: Mingas de la palabra. Textualidades oralitegráficas y visiones de cabeza en las oralituras y literaturas indígenas contemporáneas, de Miguel Rocha Vivas (Colombia).
– Literatura brasileña: Devotos e Devassos. Representação dos padres e beatas na literatura anticlerical brasileira, de Cristian Santos.
– Literatura Caribeña en francés o creol: Le Bataillon créole (Guerre de 1914-1918), de Raphaûl Confiant (Martinica) con mención a Guadeloupe ouvre ses ailes froisseés, poesía, de Ernest Pepin (Guadalupe).
Premios Honoríficos:
* Premio de poesía José Lezama Lima: Verdad posible, de Eduardo Langagne (México)
* Premio de ensayo Ezequiel Martínez Estrada: Cuando lo nuevo conquistó América. Prensa, moda y literatura en el siglo XIX, de Víctor Goldgel (Argentina)
* Premio de narrativa José María Arguedas: Las cenizas del cóndor, de Fernando Butazzoni (Uruguay).
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