México, (EFE).- El escritor argentino Martín Caparrós cuestionó hoy a los editores de diarios que todavía consideran que en las versiones digitales de esas publicaciones las noticias deben ser cortas, pues el tiempo ha demostrado que no es así en absoluto y él asegura leer casi todo frente a una pantalla.
Durante una conferencia de prensa en el marco del Hay Festival Querétaro, la reunión literaria en esa ciudad del centro de México, Caparrós culpó de esa visión a «editores timoratos que siguen usando prejuicios antiguos», pues, agregó, «no hay ningún impedimento externo para publicar textos largos en internet».
Se trata de «editores que creen que trabajan muchos ratos para lectores que no leen, que es una raza rara», pues aquel que decide leer no tiene inconveniente en hacerlo más tiempo si le interesa lo que lee, afirmó el escritor.
«Yo personalmente leo en pantalla el 90 por ciento de lo que leo, o el 95 por ciento. A mucha gente le pasa. Trabaja en su computadora, muchas veces ve noticias en su teléfono», expuso.
Además, Caparrós recordó que internet cuenta con «la gran ventaja» de que «no hay restricciones objetivas».
«Si estás publicando los periódicos en papel, obviamente el papel es finito y si hay dos páginas es dos páginas», pero en el formato digital no hay prácticamente límite, remarcó.
Consultado por una reportera sobre cuándo es el mejor momento para que un periodista se lance a escribir una novela, indicó que eso hoy en día es un mito.
En su caso, por ejemplo, relató que siempre trabajó en publicaciones informativas pero «en cuanto a textos largos lo que escribía era ficción».
En su opinión, «en términos de escritura, prosa, estructura, no hay diferencia entre la ficción y la no ficción; la diferencia está en el pacto que uno hace con el lector».
«El salto no es tan grande, pero tienes que tener algo que contar», matizó.
Caparrós (Buenos Aires, 1957) recordó sus primeros pasos en el oficio periodístico cuando llegó como aprendiz de fotógrafo al diario Noticias, dirigido por Miguel Bonasso, y un día de verano le ofrecieron la oportunidad de escribir una información.
Aparte de Bonasso, su jefe en la sección policial era Rodolfo Walsh y el jefe de redacción era Juan Gelman, por lo que tuvo una «formación inestimable» pero corta porque el periódico «duró muy poco», recordó.
Fue cerrado por el Gobierno en 1974, pero «no por el Gobierno militar», aclaró.
«Se suelen atribuir en Argentina todos los males y todas las represiones al Gobierno militar que empezó en el año 1976, y esa atribución sirve para tratar de que olvidemos de que el Gobierno peronista previo también censuró, cerró periódicos y mató a mucha gente», afirmó.
El argentino publicó recientemente «El hambre», un libro en el que reflexiona sobre las carencias de millones de seres humanos en el mundo, «una masacre continuada que no nos parece cosa nuestra», reflexionó este sábado.
«Es un libro sobre el hecho de que hay 800 millones de personas que no comen suficiente y hay alrededor de 25.000 personas por día que se mueven por causas ligadas a la desnutrición», resumió.
A la pregunta sobre cómo combatir «la sensiblería y la cursilería» en un texto así, explicó que lo que intenta es «tener mucho cuidado de no subrayar esa dureza», pues «esa se vale por sí misma».
«Lo mejor es contarla con los términos más simples y sin adjetivos, y no usarla de forma indigna», porque «se corre el riesgo de caer en la pornografía de la miseria», argumentó.
El Hay Festival Querétaro, donde Caparrós disertará este domingo con el periodista Alberto Arce, se inauguró el jueves y concluye el domingo. EFE (I)