La Berlinale se convierte en portavoz de protestas a Bolsonaro

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. Picture taken from twitter account https://twitter.com/search?f=images&q=bolsonaro&src=typd

La Berlinale, que entrega hoy los Osos de su 69 edición, se ha convertido este año en altavoz de las protestas ante la situación política por la que atraviesa Brasil tras la elección de Jair Bolsonaro como presidente.

Cineastas como Wagner Moura, Gabriel Mascaro, Eliza Capai, Aldemar Matias, Armando Praça y Camila Freitas coincidieron, en entrevistas y ruedas de prensa, en lamentar el retroceso que supone la gestión de Bolsonaro respecto a las políticas públicas impulsadas por Luiz Ignácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.

Moura, que estrenó en la Berlinale su visión de Carlos Marighella, político, revolucionario y uno de lo principales organizadores de la lucha armada contra la dictadura, subrayó la necesidad de que un filme como el suyo se proyecte en su país, donde, dijo, «las cosas están realmente muy mal».

Aludió a la situación actual en la que hay «un movimiento contra el arte, los artistas, la cultura, la educación y el pensamiento crítico» y aseguró que veía un paralelismo «realmente claro» entre el golpe de estado del 64 y «lo que ocurre hoy en Brasil».

«El Estado brasileño es racista», la violencia de hace cincuenta años es la misma que se emplea hoy contra la población de las favelas y «la Policía no está entrenada para proteger a los ciudadanos, sino al Estado, y el Estado decide quiénes son los enemigos», afirmó.

Por eso, la lucha y la resistencia de hace cincuenta años no es muy diferente a la que es necesaria hoy en Brasil, consideró.

Capai, premio Amnistía Internacional (AI) y Cine por la Paz de la Berlinale por su documental «Espero tua (re)volta», que muestra la lucha del movimiento estudiantil brasileño desde las protestas de 2013 hasta la llegada al poder de Bolsonaro en 2018, consideró que el país está pasando por un momento político «muy grave».

Según la realizadora, cada vez más se intenta «criminalizar» todo lo relacionado con el activismo y las luchas sociales.

La «Escuela sin partido» que promueve Bolsonaro es una denominación «muy cínica» para referirse a una «escuela sin crítica» donde se deje de formar «gente pensante», señaló.

Freitas, que presentó en la Berlinale el documental «Chao» sobre el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, subrayó que en los quince últimos años, con Lula y Rousseff en el poder, aunque tampoco hubo una verdadera reforma agraria, existía la posibilidad de diálogo.

«Ahora las cosas realmente han empeorado mucho. Los terratenientes están en el poder y harán todo lo posible por poner fin a todo tipo de activismo y en favor de una reforma agraria», dijo.

Praça coincidió en calificar de «muy difícil» el momento que atraviesa el país en el que la comunidad LGTB tiene que volver a temer por las derechos adquiridos.

En ese sentido, consideró que la Berlinale, un festival «con una perspectiva bastante política en la selección de sus películas», es el mejor lugar para presentar su ópera prima, «Greta», un filme transexual y transgeneracional sobre amistad, amor, sexo, edad y la importancia de vivir la vida lejos de las idealizaciones y de lo que la sociedad espera.

Mascaro, en la Berlinale con su gospel futurista «Divino Amor» aludió al «proyecto conservador, populista y nacionalista» encabezado por Bolsonaro, quien dice, recordó, que «Brasil está por encima de todo y Dios sobre todos nosotros».

Para Matias, en el festival con su ópera prima «La arrancada», un documental ambientado en Cuba y filmado en calidad de observador privilegiado de lo cotidiano, expresó su deseo de volver a Brasil, «porque ese país está pidiendo historias ahora mismo».

«Todo lo que pasa ahora, ese neofascismo populista fundamentalista, es muy fuerte», afirmó. EFE (I)

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