Robleño y Juan de Castilla triunfan en variada tarde de toros en Bogotá

REFERENCIA, 11/07/2017.- El diestro Cayetano Rivera con su segundo durante el séptimo festejo de los Sanfermines, en el que comparte cartel con los matadores, el peruano Andrés Roca Rey y Miguel Ángel Perera, lidiando toros de Jandilla. EFE/Jesús Diges

El diestro español Fernando Robleño y colombiano Juan de Castilla cortaron una oreja cada uno y se convirtieron en los triunfadores de la segunda corrida de abono de la temporada bogotana.

El también español Octavio Chacón agradó al público de La Santamaría, pero se fue con las manos vacías.

Los toros de Mondoñedo estuvieron bien presentados, aunque su juego fue desigual. Casi media entrada registró el coso de la capital colombiana.

Ficha de la corrida:

Seis toros de Mondoñedo, bien presentados. Bravo el tercero y con movilidad cuarto y sexto. El primero tuvo problemas en sus cuartos delanteros. El quinto, intrascendente. El segundo, manso.

Fernando Robleño, rosa y oro, vuelta. Espada entera y oreja.

Octavio Chacón, azul celeste y oro. Pinchazo, tres cuartos y palmas. Pinchazo y entera. Palmas.

Juan de Castilla, azul marino y plata. Media, entera y golpe de descabello. Palmas tras aviso. Espada tendida y desprendida, oreja.

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Robleño y Juan de Castilla triunfan en la Santamaría

La segunda tarde de la temporada bogotana terminó en el puerto firme de dos triunfadores – Fernando Robleño y Juan de Castilla – no sin antes superar las exigencias de un encierro de Mondoñedo al que le sobraron formas y le faltaron alegrías y emociones.

Igual, la casi media entrada tuvo en qué mantener su atención, incluso en los turnos de Octavio Chacón, diestro español, que bien pudo llevarse también algún trofeo.

Precisamente Chacón entró, si no con pie derecho, sí muy cerca de ponerse cerca del exigente público bogotano en el turno de apertura y de confirmación de su alternativa. Con tandas templadas con la derecha y una más recordada de naturales de izquierda. Se pasó de faena y por eso no tuvo el toro a favor con la espada. Palmas.

El primero para Fernando Robleño, segundo de la tarde, fue manso de libro en las varas. Pero en la muleta se movió al son que le tocó el madrileño, muy puesto y muy firme. Faena de lidiador. Vuelta al ruedo.

La corrida se fue arriba con el bravo tercero del festejo, que dejó huellas de su categoría en capote y varas, antes de exigir a Juan de Castilla en la muleta.

Con el trapo rojo, el diestro colombiano enseñó temple y ligazón en tres tandas redondas. Todo iba bien con la izquierda, pero un desarme enfrió los ánimos. Palmas tras aviso.

En su segundo turno, Robleño sacó agua de una piedra. Y no porque el toro de Mondoñedo tuviera malas ideas. Sí, porque a la punta de violencia y al hecho de quedarse corto, el de Madrid se apegó a sus principios de dilatado oficio y entrega para terminar al mando del timón, de dónde salieron muletazos limpios, por encima de la tempestad de raza. Espada entera y oreja.

Se alcanzo a ilusionar Chacón con el quinto, al que le cuajó un par de delantales dignos del eco que alcanzaron en los tendidos. Pero en la muleta hubo otra cara, la de los remilgos del ejemplar en las embestidas cortas y tardas. Palmas.

A la movilidad del último de la corrida, Juan de Castilla respondió con inicios prometedores de rodilla en tierra en capote y muleta. Fueron los momentos de impacto sobre la asistencia. Porque luego el toro se vino abajo y todo debió correr por cuenta del diestro de Medellín. Espada tendida y desprendida. Oreja. EFE

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