Almodóvar o el cine profundo disfrazado de locura

En esta foto del 17 de mayo del 2016, las actrices Emma Suárez, a la izquierda, y Adriana Ugarte besan al director Pedro Almodóvar durante una sesión de fotos con motivo de la presentación de la película "Julieta" en el Festival de Cine de Cannes. “Julieta” fue seleccionada para el Festival de Cine de Nueva York, anunció la Sociedad Cinematográfica del Lincoln Center el martes 9 de agosto del 2016. El festival comienza el 30 de septiembre. (AP Foto/Thibault Camus, Archivo)

Madrid,.- Desde hace años sus películas debutan en Cannes, pero Venecia fue el primer gran festival internacional que acogió el cine de Pedro Almodóvar, una relación especial que ahora culmina con la entrega del León de Oro de honor a toda su carrera. 

En Venecia estrenó «Entre tinieblas» en 1983, película con la que se acuñó el término «chica Almodóvar», y cinco años después se llevó el premio al mejor guion por «Mujeres al borde de un ataque de nervios», con la que también conseguiría su primera nominación al Óscar.

Curiosamente, el primer cineasta que recibió este tributo honorífico del festival veneciano fue otro español, Luis Buñuel (1969), con quien hoy le ha comparado el Consejo de Administración de la Bienal al describir al manchego como «el más grande e influyente» cineasta español desde el autor de «Viridiana».


El reconocimiento se une a los Óscar, Bafta, César o Goya, entre otros premios que ha logrado Almodóvar y llega en un momento dulce de su carrera tras el reciente estreno y buena acogida de su última película, «Dolor y Gloria».

Un premio para un cineasta que ha ido evolucionando en su estilo, pero que se ha mantenido fiel a sus orígenes y a su manera de ver el cine.

Desde «Pepi, Lucy y Bom» a «Dolor y gloria» ha recorrido un largo camino que parte del kitsch, la marginación y la noche, hasta el melodrama intimista, el acertado retrato de las mujeres, su innegable capacidad de director de actrices, pero siempre con la provocación como norma de la casa.

Una mirada profunda envuelta en un halo de locura y color, porque los filmes de Almodóvar son intensos en todos los ámbitos: en sus historias, en sus personajes, en su puesta en escena, en su música, en sus colores.

El cine de Almodóvar es reconocible desde la primera imagen, siempre cuidada y que se ha ido depurando con el paso de los años.

Las situaciones cotidianas y las emociones son los dos elementos que marcan un cine en el que ha dado todo el protagonismo a las mujeres. A mujeres fuertes, luchadoras y divertidas, otro de los puntos fuertes del director, el humor.

Un humor irreverente, como en «Pepi, Luci, Boom y otras chicas del montón» (1980); fresco y explosivo, como en «¿Qué he hecho yo para merecer esto?» y «Mujeres al borde de un ataque de nervios» (1988) o excesivo, como en «Laberinto de pasiones» (1982).

Y también un humor negro y sacrílego, como en «Entre tinieblas» (1983). ¿A quién si no a Almodóvar se le ocurriría hacer una película sobre la ‘Comunidad de Redentoras Humilladas’?

Julieta, una película de Pedro Almodóvar.

Después de Venecia, su siguiente gran festival fue la Berlinale, donde presentó, en 1987, «La ley del deseo», y en 1990 «¡Átame!».

Tanto esta como sus dos películas siguientes: «Tacones lejanos» (1991) y «Kika» (1993), cosecharon irregulares resultados. Y marcaron la ruptura con Carmen Maura, su musa hasta entonces, que fue sustituida por Victoria Abril.

Pero sería en 1999, con «Todo sobre mi madre», con la que daría el gran salto cualitativo de su carrera y la que le establecería entre los directores internacionales con quien todos querían trabajar.

Supuso además el inicio de su idilio con Cannes, donde se llevó el premio a mejor director. Llegó también el Óscar y el Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa.

Volvería a hacerse con el Globo de Oro en 2003 por «Hable con ella» y le reportaría el Óscar a mejor película. Un filme que provocó una fuerte división de opiniones y que en España fue menos apreciado que fuera.
Con «La mala educación» abrió el Festival de Cannes en 2004, pero la historia no caló. Nada que ver con el éxito que supuso «Volver» (2006).

En Cannes se llevó el premio a mejor guion y a todas sus actrices -Penélope Cruz, Carmen Maura, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Yohana Cobo y Chus Lampreave-.

Marcó además la recuperación parcial de su relación con Maura, al menos para darle un final más dulce a todos sus años de colaboración. Y un regreso a sus orígenes manchegos.

Ganó cinco Premios Goya, el mismo número que había conseguido por «Mujeres al borde del ataque de nervios», aunque menos que los siete logrados por «Todo sobre mi madre».

Su relación con la Academia del cine español ha sido complicada a lo largo de los años e incluso abandonó la institución tras no haber conseguido ninguno de los cuatro premios a los que optó por «La mala educación».

Nada que ver con su relación con Francia, donde sienten una gran pasión por él y por su cine. En 1995 fue nombrado Oficial de la Orden de las Artes y las Letras francesas, dos años más tarde le impusieron la Legión de Honor y en 1999 recibió el César de Honor al conjunto de su trayectoria. 

El cineasta español Pedro Almodóvar recibirá el León de Oro a toda su carrera en la 76ª edición del Festival de Cine de Venecia, que se celebrará entre el 28 de agosto y el 7 de septiembre y sumará su nombre al de otros galardonados históricamente como David Cronenberg, David Lynch, Robert Redford y Jane Fonda, Tim Burton, Clint Eastwood, Woody Allen, Robert Altman o Coppola, entre otros. EFE

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