El legado de Da Vinci pervive en Francia 500 años después de su muerte

Los castillos renacentistas del Loira acogieron este año más de 500 actividades centradas en el quinto centenario de la muerte del genio italiano Leonardo da Vinci, que murió y fue enterrado en una fortaleza de esta región.

El Valle del Loira, el mayor territorio de Francia inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco con 280 kilómetros reconocidos como lugares de interés, programó servir de reclamo turístico internacional a los amantes de Da Vinci, sepultado en el castillo de Amboise.

A esta localidad de la ribera del Loira viajó Da Vinci en 1516, invitado por el rey Francisco I, llevando consigo sus mayores obras, como «La Gioconda» o «San Juan Bautista», así como las notas y manuscritos que había creado a lo largo de su vida.

Como primer pintor, ingeniero y arquitecto del rey, se instaló en el Château de Clos Lucé, junto al castillo real, hasta su muerte en 1519.

Los castillos de Amboise, Blois, Chambord o Chenonceau y los teatros y museos regionales de Tours y Orleans han sido escenario de exposiciones, coloquios, bailes, conciertos y degustaciones gastronómicas, para establecer un diálogo entre el Renacimiento y la creación contemporánea.

Las entidades implicadas en el 500 aniversario de la muerte de Da Vinci han colaborado con Italia en préstamos como una tapicería de su pintura mural «La Última Cena», expuesta en el Museo del Vaticano que la cederá al Clos Lucé entre el 6 de junio y el 30 de septiembre de 2019.

El presidente de la región, François Bonneau, aseguró que el Gobierno de la región Centro-Valle del Loira ha trabajado «estrechamente» con sus homólogos de la Toscana, en Italia, en la preparación de los eventos y que la colaboración se traducirá también en intercambios entre sus universidades.

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