Servilleta del pase de Messi a Barcelona descansa en caja fuerte

BARCELONA (AP) — Para algunos seguidores del fútbol, es ya un documento histórico: la servilleta en que un directivo del Barcelona garabateó el primer acuerdo entre el club catalán y un niño de 13 años que hoy es el mejor jugador del mundo, el argentino Lionel Messi.

«Es una servilleta, para mí y para muchos colegas, que ha cambiado la historia de Barcelona», dijo a The Associated Press Horacio Gaggioli, que ayudó a lograr el acuerdo. «Si no hubiera existido, Leo sería jugador de otro club».

La servilleta está hoy enmarcada y guardada en una caja de seguridad en un banco de Barcelona. Pertenece a Gaggioli y a Josep Minguella, entonces colaborador del club.

«En Barcelona, a 14 de Diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio (Gaggioli), Carles Rexach, Secretario Técnico del F.C.B., se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas», reza el papel encerado.

La letra es de Rexach, quien tuvo que luchar contra esas «opiniones en contra» para asegurar que Barcelona no dejara pasar la oportunidad de contratar al que el entonces secretario técnico ya reconocía como un prodigio.

En septiembre de 2000, Messi tuvo su primera prueba en el Barsa. Pese a su minúsculo tamaño, el adolescente impresionaba cuando tenía la pelota en los pies.

Los Messi buscaban un club que se hiciera cargo del tratamiento hormonal para estimular el crecimiento que Lionel necesitaba. Su club Newell’s Old Boys, de Rosario, había dejado de aportar fondos y River Plate, en Buenos Aires, dejó pasar la oportunidad.

Gaggioli ayudó a concretar la cita para que Messi se mostrara en la Ciudad Condal. El representante dijo que nunca se olvidará de la primera vez que vio a la familia.

«Conocí en el aeropuerto a Leo y cuando le vi, he dicho, ¿dónde va a jugar éste?», recordó. «Tan chiquito y tan delgadito, a mí me pareció imposible que jugara al fútbol».

Sin embargo, Messi fascinó a Rexach, entonces ex y futuro entrenador del primer equipo del Barsa y también ex asistente de Johan Cruyff en ese cargo. También el técnico de equipos infantiles Quimet Rife vio ese entrenamiento en que el rosarino se destacó frente a chicos mayores que él.

Pero no sería fácil convencer al nuevo presidente del club, Joan Gaspart, que tenía que contratar a un técnico y a varios jugadores para la nueva temporada. Messi se veía débil y el costo del tratamiento era una condición que su padre Jorge no estaba dispuesto a negociar.

Además, el club tenía que trasladar a la familia a Barcelona, darle vivienda y un trabajo a Jorge.

«A un presidente nuevo no le preocupa tanto fichar a un jugador que será bueno dentro de 10 años como fichar a un jugador o dos o tres que pueden empezar la liga en septiembre y competir por el campeonato», dijo a la AP Minguella, que trabajó con Gaspart durante su mandato. «Se va Figo, que era la figura del Barsa, y ahora aparecen hablando de un chico de 13 años. Todo eso era un poco la dificultad».

Barcelona, cuya filosofía incluye la defensa de la identidad catalana, nunca había contratado un extranjero a tan temprana edad.

Los Messi volvieron a Argentina en octubre tras la primera prueba, convencidos de que el acuerdo estaba decidido. Sin embargo, no recibían ningún documento de parte del club.

«Los directivos no entendían porque buscábamos a un niño de 13 años en Argentina», recordó el ex director general de Barcelona Joan Lacueva. «…después de dos idas y vueltas y el maltrato del club, el padre se puso nervioso».

«Pero Rexach y Rife eran claros. (Rexach) me llamó y me dice: ‘Fíchalo, porque en el mundo algo como él no hay»’, agregó. «No tenía ninguna duda, es una perla, no tienes que saber de fútbol para saberlo».

Mientras urgía a Jorge Messi a ser paciente, Lacueva finalmente convenció a Gaspart. En diciembre, Gaggioli advirtió al club que debía comprometerse o perdería la oportunidad de llevarse a Messi.

Entonces, en una reunión en el club de tenis Pompeia, fue que Rexach se puso a mirar a su alrededor en busca de un trozo de papel. Lo único que encontró fue una servilleta. Lionel Messi firmó el contrato en marzo.

Este lunes, a los 24 años, «La Pulga» podría ganar su tercer Balón de Oro seguido. Desde que debutó en 2004, ganó tres Ligas de Campeones, cinco ligas españolas, dos Mundiales de Clubes, dos Supercopas Europeas y una Copa del Rey y generó comparaciones con algunos de los mejores de la historia, como el brasileño Pelé y los argentinos Diego Maradona y Alfredo Di Stéfano.

«Ellos ya eran diferentes y éste también lo es», dijo Rexach. «Más que un gran jugador es un intérprete, es el que mueve la partida de ajedrez. Sabe dónde tiene que ir, qué debe hacer y qué deben hacer los compañeros en cada momento».

Sobre el histórico papel en que aseguró su contratación, el ex secretario técnico dice: «Era un papel que la familia del jugador nos pidió para tener ellos tranquilidad respecto a su fichaje por el Barsa. No tenía nada a mano y lo hice en una servilleta».

La servilleta por ahora descansa en una caja fuerte y no en el museo del Barcelona, como parece natural.

«Es el lugar adecuado donde debería estar, pero nunca he recibido una llamada del club sobre la servilleta», afirmó Gaggioli, que dijo que no descarta aceptar una compensación económica a cambio del objeto histórico.

«Nunca he cobrado un euro en todos estos años, del club o de Messi», agregó. «No lo sé, primero que me llamen».

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