Serena, la otra número uno

La número uno del mundo, Victoria Azarenka, ha ganado en 2012 el Abierto de Australia, el bronce olímpico individual y el oro en dobles mixtos. Gran año. La número tres del mundo ha ganado Wimbledon, el oro olímpico individual y en dobles, el Abierto de Estados Unidos, y la Copa de Maestras, cediendo solo una derrota desde junio. Impresionante temporada. Fuera máscaras: Victoria Azarenka ocupa el trono, pero Serena Williams cree que es injusto que este no sea suyo.

“Realmente quería este título por mantener la cordura”, dijo la estadounidense el domingo, nada más ganar el torneo final de temporada sin ceder un solo set y castigando de nuevo en la final a Maria Sharapova, la número dos mundial, que no le gana desde 2004 y ni siquiera se pudo procurar una bola de break durante el duelo. “Creo [que el resultado] es una verdadera declaración [de quién merece el número uno], aunque no quiero sonar engreída”, valoró Serena. “Siempre he dicho que si estoy jugando bien y haciéndolo todo bien, es muy difícil ganarme. Sigo creyendo eso. ”

El circuito femenino, como el masculino, premia la constancia. El reparto de puntos está pensado para obligar a jugar a las mejores tenistas cuantos más torneos mejor, protegiendo así el producto al asegurar que cada cita tenga una cara con la que venderse. Pocas veces, sin embargo, hubo un curso que dejara tan al descubierto que el sistema valora el encadenamiento de buenos resultados por encima del dominio aplastante de los grandes escenarios. Más allá de sus triunfos, los datos ilustran que Serena manda dónde y cuando quiere: esta temporada ha ganado 18 de los 21 partidos que le han enfrentado a las otras diez mejores tenistas y solo su ausencia en dos torneos obligatorios (Indian Wells, al que no acude por considerar racista al público; y Pekín) frenó su escalada.

La campeona de 15 grandes es la número tres cuando a mediados de 2011 era la número 175, víctima de una embolia pulmonar que amenazó su vida y de una lesión en un pie que la alejó durante meses de las pistas. En 2012 ha ganado el 93% de sus partidos, la mejor del circuito en el apartado, por el 88% de Azarenka. Puesta frente a las mejores en la Copa de Maestras, no cedió ni un set hasta que se alzó con el título.

“Y sí, puedo”, dijo la campeona, de 31 años, cuando le preguntaron si podría repetir el Serena Slam, como en 2002-2003, cuando ganó cuatro grandes seguidos. “Espero tener mi oportunidad”, avisó, yendo siempre de frente, sin esconder sus cartas. Serena no entiende de máscaras.

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