Mourinho nuevamente el problemas con la plantilla

Mourinho todavía no ha dado con la tecla que motive a sus jugadores lo suficiente como para engancharse a la lucha por el título de Liga. El portugués ha buscado la reacción bajo todo tipo de formas o recursos, pero no acierta con la fórmula para que su mensaje cale entre el vestuario. Tras la vivida el pasado sábado en el descanso que enfrentó al Betis con el Real Madrid son ya cinco las broncas, las reprimendas que el técnico ha lanzado al grupo sin respuesta aparente sobre el césped.

Punto Pelota informó del último episodio vivido entre la plantilla y el técnico blanco. La escena tuvo lugar en el entretiempo del partido del pasado sábado y Mourinho señaló, por falta de actitud, a Benzema, Cristiano Ronaldo y Di María. Los tres, curiosamente, suplentes en el partido ante el Alcoyano. Al entrenador no le gustaba lo que estaba viendo sobre el césped y abroncó a sus jugadores buscando una reacción que no se produjo en ningún momento.

Con este último, son ya cinco las diferencias de criterio, acompañadas de reprimendas que Mourinho ha tenido con la plantilla. Todo se inició tras el partido ante el Getafe, siguió tras el Sánchez Pizjuán, continuó con la suplencia de Sergio Ramos seguida de la comida de Vallecas a la que acudieron los jugadores españoles más Özil e Higuaín, para rematar con la bronca del descanso del partido ante el Deportivo y que fue dirigida a Özil, motivo por el cual días después Ramos jugó con una camiseta del alemán bajo la suya. Ninguna de las discusiones ha tenido el efecto buscado. El equipo, el mismo que la pasada temporada arrasó hasta conseguir récords de puntos y goles, no aparece por ningún lado.

La pregunta es clara y busca el motivo por el que la plantilla ha desconectado del mensaje del entrenador. Si la campaña anterior un par de intercambios de palabras al inicio, especialmente el vivido después de la derrota ante el Levante y el empate ante el Racing, bastaron para que el equipo adquiriera velocidad de crucero, ahora nada basta para que los Casillas, Ronaldo y compañía se metan de lleno en la competición, en la pelea por los títulos.

Los jugadores saben que están ante la última oportunidad, que el partido ante el Atlético puede ser el pasaporte hacia un invierno más que duro sin opción en Liga y esperando a los octavos de la Champions, allá por los últimos días de febrero. Xabi Alonso primero e Iker Casillas después han ejercido de motores de esa unión, al menos entre el plantel. Los capitanes, los pesos pesados del vestuario, saben que está en su mano recuperar el pulso, las sensaciones, crean o no en el mensaje de Mourinho. Y se han conjurado para intentarlo, empezando por el partido ante el Atlético, el otrora eterno rival.

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