Grecia aprueba plan de austeridad en medio del incendio social

ATENAS (AP) — Los legisladores griegos aprobaron el lunes una nueva ronda de duras medidas de austeridad exigidas por las acreedores internacionales para que el país, atribulado por la deuda, evite caer en bancarrota, después de que alborotadores en el centro de Atenas quemaron varios edificios, saquearon tiendas y se enfrentaron con policías antidisturbios.

La histórica votación allanó el camino para que los socios europeos de Grecia y el Fondo Monetario Internacional liberen 130.000 millones de euros (171.000 millones de dólares)en nuevos préstamos de rescate, sin los cuales Grecia no podría pagar su enorme deuda el próximo mes y probablemente tendría que abandonar la zona euro, un escenario que agitaría los mercados mundiales.

Los legisladores aprobaron los recortes con 199 votos a favor y 74 en contra, a pesar del fuerte desacuerdo entre los dos principales miembros de la coalición. Un total de 37 parlamentarios pertenecientes a la mayoría, entre socialistas y miembros del partido Nueva Democracia, o bien votaron contra la línea del partido, o se abstuvieron o simplemente votaron «presente».

Los enfrentamientos comenzaron el domingo por la tarde, después que más de 100.000 manifestantes marcharon hacia el parlamento para protestar contra los drásticos recortes al presupuesto, que entre otras cosas eliminarán uno de cada cinco puestos de trabajo de la administración pública y recortarán el salario mínimo en más de una quinta parte.

Por lo menos 45 negocios se vieron perjudicados por las llamas, entre ellos varios edificios históricos, salas de cine, bancos y una cafetería, en los peores disturbios vistos en años, mientras 50 policías resultaron heridos y al menos 55 manifestantes fueron hospitalizados. Los oficiales arrestaron a 45 presuntos vándalos y detuvo a otros 40.

A medida que transcurría la votación la madrugada del lunes, el primer ministro Lucas Papademos instó a la calma, alegando que el país vive una situación financiera desesperada.

«El vandalismo y la destrucción no tienen cabida en una democracia y no se tolerarán», dijo Papademos al Parlamento. «Hago un llamamiento a la gente para que se calme. En esos momentos cruciales no podemos darnos el lujo de este tipo de protestas. Creo que todo el mundo es consciente de la gravedad de la situación», agregó.

Desde mayo de 2010, Grecia ha sobrevivido gracias a un rescate financiero por 110.000 millones de euros (145.000 millones de dólares) de sus socios europeos y el Fondo Monetario Internacional. Cuando esa cantidad fue insuficiente, se aprobó el nuevo paquete de rescate. El acuerdo, que todavía está pendiente de algunos detalles, se combinará con un enorme un canje de bonos soberanos para cancelar la mitad de la deuda del país en manos de acreedores privados.

Sin embargo, para que ambos acuerdos se materialicen, Grecia tuvo que convencer a sus escépticos acreedores de que tiene la voluntad de aplicar recortes de gasto y reformas del sector público que van a poner fin a años de despilfarro fiscal y domesticar los enormes déficits presupuestarios.

Mientras las protestas causaban estragos el domingo, los manifestantes encendían hogueras frente al Parlamento y decenas de policías antidisturbios formaban filas para impedir que ingresaran al edificio.

Las fuerzas de seguridad dispararon decenas de descargas de gas lacrimógeno contra los manifestantes, quienes los atacaron con bombas incendiarias y pedazos de mármol roto de las fachadas de hoteles de lujo, bancos y grandes almacenes.

«Existen muy pocos momentos como éste en la historia de una nación», dijo el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos. «Nuestro país enfrenta una grave cuestión de supervivencia».

El gobierno de Papademos —una improbable coalición de la mayoría socialista y sus principales enemigos políticos, la Nueva Democracia conservadora— esperaba la aprobación de la medida.

Los dos partidos que respaldan al gobierno de coalición cuentan con 236 diputados de los 300 que integran el parlamento.

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