Ecuatorianos acampan desde octubre en Madrid contra ley hipotecaria

Decenas de ecuatorianos afectados por desahucios en España siguen este martes acampando en el centro de Madrid en protesta por la normativa hipotecaria española, que el Gobierno de Ecuador denunció ayer ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La visita de hoy a Madrid del canciller Ricardo Patiño, como la demanda que el Gobierno ecuatoriano interpuso contra la ley hipotecaria española ante el Tribunal Europeo en Estrasburgo (Francia) no han alterado esta protesta, según manifestaron algunos de los acampados, que forman parte del movimiento «Stop Desahucios».

En este campamento, instalado frente a la sede del banco español «Bankia», en pleno centro de la ciudad y en el que la mayoría de sus 100 participantes son ecuatorianos, los sacos de carbón se guardan como un tesoro porque es la fuente de calor principal para combatir el frío invernal que aguantan desde el pasado 22 de octubre, cuando se montó el campamento de protesta.

Junto a los sacos de carbón, paquetes de leche, zumos, galletas y un hornillo son los víveres básicos para la vida diaria del grupo, conseguidos gracias a su autogestión como, por ejemplo, con la venta de chapas con lemas contra los desahucios y sobre todo por la colaboración de los vecinos solidarizados con su causa.

«Nuestras exigencias son cuatro: la paralización de los desahucios, la dación en pago, el fomento de la vivienda social y que salga adelante la Iniciativa Legislativa Popular sobre hipotecas», dijo a EFE Rafael Gómez, peruano encargado de la economía logística del campamento.

Él mismo está a punto de ser desahuciado, a la espera de la subasta de su vivienda.

Gómez afirma que todos los que están allí son conscientes de que su lucha será larga, pero entre tanto han conseguido pequeños logros en sus negociaciones con los bancos, en especial cuando los afectados son familias.

Y es que sus actividades van más allá de la propia presión que pueda suponer el campamento, fuerzan a los bancos para que negocien y prestan apoyo a los afectados.

Dos de ellos son Ángel Guzmán y Luciano Chancucis, emigrantes ecuatorianos acampados que cuentan su situación mientras venden chapas y recogen firmas.

«Me quedé sin trabajo y sin casa, lo que me costó también mi matrimonio, con una deuda de 240.000 euros (320.000 dólares). Y mi caso no es único. No es que no queramos pagar sino que no podemos porque no tenemos trabajo», lamenta Guzmán.

Un caso similar es el de Chancucis, un conductor que también se quedó en el desempleo y al que le afectó de lleno la subida del Euríbor (el índice europeo de referencia para fijar los intereses de los préstamos hipotecarios).

«Mi letra mensual pasó de 1.032 euros (1.374 dólares) a 1.600 (2.130 dólares) y sin trabajo no tenía medios para pagarla», argumenta.

Ambos reparten el día entre la acampada y la búsqueda de empleo, una «misión imposible», dicen.

No quieren volver a Ecuador, primero «porque allí no tienen nada» y segundo «porque no queremos dejar un problema aquí sin solucionar».

Estos ecuatorianos no están solos, varios representantes de distintos colectivos españoles también se encuentran en la acampada.

Es el caso de Félix Leal, del movimiento «15M», quien asegura que han conseguido que la actitud de la Policía española y «Bankia» con respecto a ellos cambie.

«Al final, directa o indirectamente, la crisis, los recortes y la corrupción afecta a todos los ciudadanos y los que en principio se mofaban ahora ven cómo esto les puede afectar a ellos también», asegura.

Según el Defensor del Pueblo de Ecuador, Ramiro Rivadeneira, quien también se encuentra en Madrid, unos 6.000 ecuatorianos residentes en España afectados por impago de hipotecas han sido asesorados desde 2011 en los consulados ecuatorianos en este país.

«Bankia», nacionalizada por el Gobierno español, ha sido una de las entidades españolas más criticadas por ejecutar más del 80% de los desahucios en Madrid, según la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. EFE

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