Cuba permite 18 nuevas actividades empresariales independientes

LA HABANA (AP) — El gobierno cubano publicó el jueves nuevas normas y requerimientos que buscan la ampliación, flexibilización y regulación del trabajo independiente en el país e informó que más de 430.000 licencias de trabajo se otorgaron en estos últimos tres años desde que comenzó un proceso de reforma laboral con mayor apertura a la pequeña iniciativa.

La Gaceta Oficial de Cuba publicó la lista de 18 nuevas actividades independientes que se agregaron a las 181 ya autorizadas para el llamado «trabajo por cuenta propia» en la isla.

Entre los oficios ahora autorizados destacan los de chapistero, herrero o fundidor. También podrán trabajar de forma independiente los «gestores de permutas y compra-venta de viviendas» o «gestores de alquiler de viviendas», equivalentes a agente inmobiliario en otros países o los obreros que ofertan «servicios para la construcción, reparación y mantenimiento de inmuebles».

La decisión de otorgar licencias en estos oficios se debe a que se crearon las condiciones en el país para comercializar «materias primas, equipos y otros insumos en la red de tiendas y en puntos específicos» de la isla, según informó a Granma José Barreiro Alfonso, asesor de la ministra de Trabajo y Seguridad Social.

cuba«Está previsto que se comercialicen en determinados lugares del país chapas de acero y de aluminio, recorterías de mármol, chatarra de aluminio y de bronce, barras, tubos de diferentes formas, máquinas de pulir pisos y botellones de oxígeno y acetileno», precisó Barreiro.

Por otra parte, se estipula que no le estará permitido comercializar bienes importados al vendedor ambulante de productos agrícolas, la modista, el sastre y el vendedor de artículos varios de uso en el hogar.

Según las declaraciones de Barreiro a Granma «el asunto de los productos comprados en las tiendas para luego revenderlos ha generado constantes opiniones entre la población que se queja del desabastecimiento y los altos precios impuestos por los acaparadores».

El funcionario aseguró que «se pondrá orden, pues nadie tiene permitido comprar mercancías en un establecimiento del Estado para luego especular con ellas». De acuerdo con Granma, el Código Penal cubano contempla «en su apartado 230 que incurre en delito quien obtenga mercancías u otros objetos con el propósito de revenderlos para obtener lucro o ganancia».

«Preocupada, disgustada y desconcertada», así resumió su reacción a las nuevas medidas Reina Margarita Moreira, con licencia de modista desde hace tres años que trabaja junto a otras ocho en un kiosco de venta de ropa y artículos del hogar del barrio capitalino de Centro Habana.

«No estamos de acuerdo con esta medida, estamos totalmente disgustados, sabíamos que venía un cambio pero pensábamos que modificarían el concepto de la licencia y aumentarían el impuesto, pero nunca pensamos que nos iban a prohibir vender la ropa que se trae del extranjero» agregó Moreira, de 36 años y madre de dos hijos.

Mientras Diana Sánchez, colega de Moreira, manifestó que «la ley está mal, no esperábamos eso, nos toma a todos de sorpresa. Estoy muy preocupada, yo tengo hijos y nietos que mantengo. Me siento muy mal, hace tres años nos permitieron trabajar aquí legalmente y de repente se nos prohíbe. No entiendo».

Mientras las vendedoras hablaban, Mariela Carrera, ama de casa de 45 años, escogía la ropa que le va a comprar a sus dos hijos. «Esto era lo perfecto, la ropa con calidad y bastante asequible de precio. Ahora dicen que sólo podrán vender la ropa que se confeccione aquí, pero el cubano quiere vestirse con ropa importada, a la moda. Con esto lo que se va a lograr es que volverán las ventas clandestinas y el Estado no ganará nada con eso, al contrario».

Gestora de permuta y compra venta de viviendas desde hace tres años, Sandra -que no quiso dar su apellido porque su actividad no era legal hasta ahora- celebró la oportunidad de legalizar su oficio. «Eso es bueno si los impuestos no son demasiado altos, por lo menos voy a trabajar más tranquila, al menos eso espero».

El diario oficial Granma informó que hasta ahora se han contabilizado 436.342 licencias para ejercer el trabajo independiente en la isla desde que el gobierno del presidente Raúl Castro autorizó una política de apertura a la iniciativa privada.

Antes de octubre de 2010, fecha en que se implementó la nueva política, unos 150.000 cubanos ejercían esas actividades privadas, un mecanismo que se abrió de forma limitada en los años noventa con el ex mandatario Fidel Castro.

El gobierno de Raúl castro inició a mediados de 2010 una «actualización del modelo económico cubano», una política avalada por el Partido Comunista de Cuba durante el Congreso en abril del 2011 que comenzó con la autorización de 178 categorías de trabajo por cuenta propia ampliada después a 181 y que va desde la de elaboradores de alimentos -llamados restaurantes en todos los países y paladares en Cuba- hasta jardineros, manicura, masajistas o taxistas.

Posteriormente se decretó una ampliación de formas de gestión -por ejemplo para las peluquerías y barberías- a las que se permitió a los empleadores alquilar locales al Estado y administrar el negocio de manera independiente, además se estableció un régimen de impuestos simplificado, se dispuso la implementación del crédito bancario para dichos trabajadores independientes, se creó un mercado mayorista principalmente en el sector agropecuario y se pusieron en marcha cooperativas no estatales.

Castro manifestó que con esta política espera lograr la eficacia económica sin que el sistema pierda su carácter comunista y sin que se pierdan por ejemplo algunos beneficios como es la salud gratuita y la educación también gratuita y masiva.

Para Evangelio Ramos, un vendedor ambulante de productos agrícolas, «la nueva regulación está bien. A mí la restricción no me afecta porque no vendo nada importado y estoy contento porque al menos puedo seguir trabajando, es una fuente de ingreso para mantener a mi familia».

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