Empresas no solo compran arte: también lo exhiben

NEW BRUNSWICK, Nueva Jersey, EE.UU. (AP) — Las empresas ya no compran tantas obras de arte como en las décadas de 1970 y 1980, pero, a medida que mejora la economía, algunas firmas se esmeran por colocar sus trabajos donde puedan ser disfrutados por el público.

Hay unas 1.500 firmas en el mundo que tienen colecciones de arte, algunas de las cuales son guardadas en bancos e instituciones financieras, según el Directorio Internacional de Colecciones de Arte de Empresas.

Shirley Reiff Howart, editora del directorio, dijo que desde el año 2000, el porcentaje de empresas que mantienen colecciones «activas», que siguen añadiendo obras, cayó del 55% al 40%. Muchas firmas se limitan a comprar piezas para edificios nuevos, expansiones o renovaciones.

«Si bien el volumen de compras ha decrecido, los programas educativos aumentaron y las colecciones son usadas para algo más que engalanar las paredes de la empresa y su imagen», dijo Howarth.

Bank of America, cuya colección abarca unas 30.000 piezas, producto de varias fusiones, tiene una de las colecciones más grandes de Estados Unidos. En lugar de adquirir obras de arte, se enfoca en los programas artísticos que ha creado, incluido Arte en Nuestras Comunidades, que ha prestado colecciones a 60 museos de todo el mundo desde el 2008.

«Es algo que tiene impacto en las comunidades a las que les prestamos las muestras», manifestó Allen Blevins, quien supervisa las colecciones y los programas artísticos del banco.

La empresa, con sede en Charlotte, Carolina del Norte, tiene en estos momentos 16 exhibiciones rodantes, con unos 2.500 trabajos, incluido una muestra de las principales serigrafías de Andy Warhol en el Museo del Novecento de Milán.

Lo más importante de estas muestras es «su impacto educativo», indicó Howarth.

En la vistosa sede de Johnson & Johnson diseñada por I.M. Pei en New Brunswick hay dos galerías con muestras permanentes, incluidas una muestra especial, rodante, y otra de artistas de Nueva Jersey. Están abiertas al público, pero hay que programar las visitas.

Como las otras corporaciones, la gigantesca empresa farmacéutica presta sus obras. Un cuadro de Alice Aycock fue incluido en una retrospectiva de la artista en un museo de Long Island y una escultura de George Segal figuró en una muestra rodante.

También ha presentado otros programas basados en los intereses de los empleados o de las comunidades, como una muestra sobre un actor, una cantante de ópera y otra sobre el activista de los derechos humanos Paul Robeson, todos de Nueva Jersey, que recorrió varias ciudades estadounidenses.

Neiman Marcus, una de las pocas cadenas de tiendas de lujo que tienen colecciones de arte, transforma sus 42 tiendas en galerías de arte.

La tienda de Paramus, Nueva Jersey, cuenta con una serigrafía de Roy Lichtenstein que decora la sección masculina y una muestra de esculturas de vidrio de Dale Chihuly domina sus vidrieras.

La cadena tiene unas 3.500 obras en su colección, que creó en 1951 con «Mariposa», de Alexander Calder, hoy exhibida en su tienda de Chicago.

La curadora de Neiman Marcus Julie Krosnick dijo que la idea desde un comienzo fue darle al cliente «algo que sea estimulante en un plano cultural y que haga pensar, algo que va más allá de la compra y venta de mercadería».

En una reciente visita a la tienda de Paramus, Esther Seiger, de Monsey, Nueva York, comentó que «una ve todas estas bonitas obras de arte y le dan ganas de comprar».

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Una visitante pasa junto a una obra tridimensional hecha con vendajes por el artista George Segal, basada en una serie de cuadros de Paul Cezanne, que cuelga en las oficinas centrales de Johnson & Johnson en New Brunswick, Nueva Jersey. (AP Photo/Mel Evans, File)

 

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