Ecuador y UE sin acuerdo comercial, ¿nos conviene?

Quito, 15 nov (EFE).- Nuevos vientos de acercamiento soplan entre la Unión Europea (UE) y Ecuador, en busca de un acuerdo comercial cuya inexistencia no parece fatal para ninguna de ambas partes, aunque a las dos les conviene geopolítica, económica y comercialmente.

El reciente viaje del presidente de Ecuador, Rafael Correa, a Francia dio un nuevo impulso de acercamiento, al punto de que él mismo se ha mostrado optimista acerca de un eventual cierre del acuerdo comercial en 2014, pero no «a cualquier costo».

El mantenimiento del impuesto a la salida de capitales, debido a que Ecuador tiene su economía dolarizada desde el 2000, así como asuntos relacionados con compras públicas son algunas de las líneas en las que Ecuador mantiene su firmeza.

Europa es importante para el pequeño país andino porque es el mercado de cerca del 30 % de sus exportaciones no petroleras, entre ellas banano, atún, camarón y flores.

Tras meses de dilataciones en el proceso, lo que está claro es que hay «disposición» de ambas partes para negociar, pese a la decisión de Ecuador de que no firmará ningún Tratado de Libre Comercio como tal.

Ecuador busca un acuerdo comercial y de cooperación con Europa, de la que ha conseguido mantener, hasta el 2014, el Sistema General de Preferencias Plus (SGP Plus), un conjunto de beneficios arancelarios que podría perder luego, al ser considerada la economía ecuatoriana como de mediano ingreso.

Sin el SGP, muchos de los productos de Ecuador, que ahora entran sin o con bajos aranceles, tendrán nuevos valores y perderán competitividad, favoreciendo a sus principales competidores en ese mercado, sus propios vecinos: Colombia y Perú, que van con ventaja pues su acuerdo comercial con la UE entró en vigor en agosto pasado.

Aunque la apertura del mercado europeo brilla a los ojos de los exportadores, el economista Carlos De La Torre cree que el beneficio «no es tan grande» como lo pintan pues todo depende de la capacidad de producción y exportación del país.

Como todo acuerdo comercial es de ida y vuelta, Ecuador debe abrir sus mercados para importar desde Europa, que, con crisis y todo, mantiene una capacidad de producción que supera con creces a la de Ecuador.

Por eso, De la Torre, subdecano de la Facultad de Economía de la Universidad Católica de Ecuador, teme que si no se negocia bien, el país termine exportando «más de lo mismo» y limitando su empeño de transformar su matriz productiva debido a la reducción del espacio para que empresas locales sustituyan importaciones de bienes con valor agregado, ya que estos entrarían muy baratos desde Europa.

Por ello, le resulta «tremendamente responsable» la posición de Ecuador: «Si no nos ponemos de acuerdo en determinadas líneas rojas, que no podemos traspasar, no se firma el acuerdo», dijo Correa a su regreso de Europa.

«Por lo pronto -agregó el gobernante- las cosas van muy bien y si siguen así pues, ojalá, en el primer trimestre del próximo año ya se pueda cerrar el acuerdo comercial con la UE».

Pero un acuerdo comercial con el geográficamente pequeño Ecuador no parece poca cosa para la UE desde el punto de vista geopolítico, pues el país andino puede ser una pieza más en el interés europeo por consolidar su presencia en América Latina.

La competencia entre los grandes poderes del mundo ronda por establecer zonas de influencia y uno de sus primeros pasos para ello es el comercio exterior, dice De la Torre, quien, además, cree que Ecuador esta en el ojo de los observadores por su evolución política y económica en los últimos años.

A tenor de estas situaciones, con derechos y obligaciones, como en todo, el acuerdo comercial luce conveniente para ambas partes: para Ecuador porque sin el SGP y sin acuerdo, las exportaciones de algunos productos ecuatorianos podrían sufrir complicaciones, pero también para los países de la UE.

Y es que Europa, podría cosechar a largo plazo ventajas desde el punto de vista geopolítico y también económico y comercial no sin dejar de cuidar su relación con sus otros socios, en especial Colombia y Perú, en caso de que se concreten las «flexibilidades» que Ecuador advirtió en los diálogos en octubre pasado. EFE

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