Cuba publica su nueva ley para la inversión extranjera

LA HABANA  — La Gaceta Oficial de Cuba publicó el miércoles la nueva ley de inversión extranjera, aprobada en marzo pasado por la Asamblea Nacional y en la cual las autoridades cifran su esperanza de atraer a inversionistas para la golpeada economía de la isla.

La normativa expresó que «los cambios que tienen lugar en la economía nacional como consecuencia de la actualización del modelo, aconsejan revisar y adecuar el marco legal de la inversión extranjera».

La ley entrará en vigor 90 días tras su aprobación, o sea a finales de junio, y su publicación en la Gaceta Oficial y sobre todo el de los reglamentos permitirá a los expertos conocer los detalles de la actividad.

El propio presidente cubano Raúl Castro reconoció la necesidad de contar con inversión extranjera para darle un poco de aire la alicaída economía isleña, que actualmente sufre un proceso de reformas en las cuales se concede un poco más de espacio a la iniciativa privada interna, autorizando trabajos independientes del Estado y cooperativas.

Además entregó tierras subutilizada a productores particulares y legalizó el mercado de bienes raíces y vehículos.

«La ley 118 respalda la decisión de concebir la inversión extranjera como una fuente de desarrollo, en aquellas actividades que sean de interés para el país», expresó en un comentario el diario Granma, órgano de difusión del Partido Comunista de Cuba.

La inversión extranjera «se orienta a la diversificación y ampliación de los mercados de exportación, el acceso a tecnologías de avanzada y la sustitución de importaciones», agregó el rotativo que además publicó la norma completa en un tabloide especial.

En ese sentido, se incluyen ventajas como la exención a los inversionistas del pago de impuestos sobre los ingresos personales o la fuerza de trabajo, mientras que en el caso de las utilidades se rebaja en un 15 %, cuando antes era el doble.

Cuba otorgará asimismo un periodo de gracia de ocho años para el pago de tributos por las utilidades y facilidades similares si hay una reinversión en beneficio del país.

Por otra parte se especifica que en el caso de explotación de recursos naturales, renovables o no, el impuesto podrá elevarse hasta en un cincuenta por ciento.

Otro elemento es que las cooperativas no agrícolas, una de las nuevas formas de producción y gestión permitidas hace algunos meses por el gobierno podrán participar como inversionistas nacionales de una firma con extranjeros, lo que les permitirá recibir dinero del exterior.

En cambio, la ley no especifica que la misma facilidad sea otorgada a personas naturales como los llamados cuentapropistas o sea los trabajadores independientes del Estado.

En el caso de las disposiciones laborales y como ya se había adelantado en marzo, se establece que la contratación del personal cubano o extranjero residente en la isla, excepto la plantilla de los órganos de dirección y administración, se realizará mediante una entidad empleadora.

De ese modo la agencia empleadora reclutará y seleccionará a los trabajadores, convendrá sus salarios con la empresas y pagará a los empleados en pesos cubanos.

Cuba ha defendido por años este mecanismo, pero empresarios y diplomáticos suelen quejarse a menudo pues esto hace todo más burocrático todo el proceso, se presta a casos de corrupción y genera quejas de sindicatos en otros países.

Según estimados del Gobierno cubano, se necesita entre 2.000 y 2.500 millones de dólares anuales para hacer sostenible el modelo y sus reformas, pero la apertura al capital foráneo no supondrá «vender el país» o «regalarlo en pedazos».

Serán once los sectores con prioridad para la inversión, distribuidos en las áreas agrícola y forestal, la industria alimentaria, energía y minas, industria azucarera, la sideromecánica, ligera, química y electrónica, industria farmacéutica y biotecnológica, comercio mayorista, salud, construcción, turismo y transporte.

Un punto que remarcaron expertos es que la ley, tanto como su predecesora no prohibe la participación de emigrados cubanos en negocios en la isla –más allá de que estos no podrían ser de Estados Unidos pues las sanciones de Washington les impiden su participación en la isla–.

Sin embargo las autoridades reiteraron que, dado que las inversiones son aprobadas caso por caso, no se promueve que los cubanos residentes en el exterior inviertan en la isla.

«Hay ciertos lujos que un país focalizado en el desarrollo no debe darse», comentó el experto Arturo López-Levy cuando se lo consultó sobre la situación de los cubanos en el exterior. «Hay un potencial inversionista importante entre los emigrados y la tasa de reinversión internacional de estos tiende a ser más alta que la de los completamente foráneos».

La norma indicó que se espera inversiones en cualquier sector menos la educación, la educación y las fuerzas armadas.

La nueva ley llega unos cinco meses después de la entrada en vigor del decreto que rige la Zona Especial del Mariel, donde Cuba quiere atraer capitales extranjeros con la esperanza de convertir ese área en un motor de desarrollo para reanimar su maltrecha economía.

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Con información de Andrea Rodríguez, de AP. Un hombre lee un tabloide especial confeccionado por el diario Granma, hoy, miércoles 16 de abril, en La Habana (Cuba), donde se divulga la nueva Ley de Inversión Extranjera que regirá en la isla a partir de finales de junio, con un marco bastante similar a la normativa que sustituye y cuya principal novedad serán los beneficios fiscales que ofrece. EFE/Alejandro Ernesto

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