EE.UU. negocia a contrarreloj para evitar un cierre administrativo

Washington, 11 dic (EFE).- El Congreso de Estados Unidos vive hoy una jornada maratoniana con los legisladores de ambos partidos enfrascados en negociaciones para tratar de aprobar el nuevo presupuesto federal antes de la medianoche y evitar otro cierre administrativo como el de 2013.

Los líderes de las dos Cámaras acordaron el martes una ley bipartidista que financia al Gobierno federal hasta octubre de 2015 con 1,01 billones de dólares, pero la medida ha encontrado en los dos últimos días la oposición de los republicanos ultraconservadores y de los demócratas más progresistas.

Para evitar un cierre parcial de la Administración, la Cámara de Representantes debe aprobar el texto hoy y enviarlo inmediatamente al Senado para que lo ratifique antes de la medianoche, cuando expira la financiación actual.

Los líderes de ambos partidos en el Congreso han dejado claro que el objetivo es evitar a toda costa otro impopular cierre del Gobierno como el del año pasado, que tuvo costos políticos para ambas formaciones.

Por eso negocian a contrarreloj para convencer a los sectores de sus partidos que han puesto el grito en el cielo ante las concesiones que tanto republicanos como demócratas hicieron para lograr el acuerdo del martes.

El ala ultraconservadora del Partido Republicano, el Tea Party, planea votar en contra de la ley por considerar que no incluye una respuesta contundente al decreto del presidente Barack Obama por el que regularizará a más de 5 millones de inmigrantes indocumentados.

Este grupo de legisladores, que pedía incluso forzar un cierre del Gobierno para mostrar su rechazo a la orden ejecutiva, ha conseguido no obstante que el Departamento de Seguridad Nacional (con jurisdicción en inmigración) sea el único que tendrá financiación sólo hasta el 27 de febrero con un mecanismo denominado «resolución continua».

Con esta estrategia, los republicanos buscan reabrir el debate sobre la regularización cuando empiece el año y tengan el control absoluto del Congreso.

Esa medida ha soliviantado a numerosos demócratas, así como las enmiendas que los republicanos han logrado incluir sobre la ley de reforma del sistema financiero conocida como «Dodd-Frank», que rebajan las exigencias a las grandes firmas previstas anteriormente a la hora de realizar operaciones arriesgadas con derivados y otros activos complejos.

Los republicanos, que lograron una contundente victoria en los comicios legislativos de noviembre pasado y el control de las dos cámaras del Congreso, también han eliminado numerosas restricciones a las contribuciones de donantes privados en las campañas electorales.

Obama no está de acuerdo con las enmiendas a la ley «Dodd-Frank» ni con la eliminación de restricciones a la financiación de campañas electorales, pero pese a ello firmará la ley si el Congreso la aprueba, según explicó hoy su portavoz.

Sin embargo, su Gobierno está teniendo dificultades para hacer entender al ala más progresista del Partido Demócrata -liderada por la senadora Elizabeth Warren- que las concesiones son necesarias para evitar un nuevo cierre administrativo.

El jefe de Gabinete de Obama, Denis McDonough, se desplazó al Capitolio para reunirse con los legisladores demócratas y tratar de recabar los apoyos que necesita la ley para ver la luz antes de medianoche.

Esta ley, de 1.603 páginas, incluye una partida de 5.400 millones de dólares para frenar el ébola, así como 64.000 millones para operaciones militares en el extranjero, entre ellas la lucha contra el Estado Islámico (EI) en Siria e Irak y la ayuda a países europeos que enfrentan la amenaza de Rusia.

En total, prevé 521.000 millones de dólares en gasto militar y 492.000 millones para financiar el resto de agencias federales, y no incorpora partidas adicionales para la reforma sanitaria de Obama. EFE

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