BUENOS AIRES (AP) — El gobierno de Mauricio Macri anunció el miércoles el fin del mecanismo para ingresar dólares no declarados al mercado que había impulsado su antecesora Cristina Fernández en 2013 para contrarrestar una fuga de divisas.
«El blanqueo es inaceptable desde el punto de vista técnico, político y moral», dijo en rueda de prensa el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay. «Permitía ingresar dólares en efectivo y no a través de las entidades bancarias. No había penalización por blanquear», argumentó.
El blanqueo de capitales, sancionado por ley en 2013 y que fue prorrogado nueve veces, permitía a las personas físicas o jurídicas ingresar sus dólares no declarados al circuito formal de la economía a través de distintos instrumentos financieros, como los Certificados de Depósitos de Inversión (Cedin), que podían destinarse a la compra de terrenos y locales.
El gobierno de Fernández ideó esta herramienta en coincidencia con una pronunciada sangría de reservas del Banco Central que continuó hasta el final de su mandato. El blanqueo apuntaba a que reingresen al país parte de los 200.000 millones de dólares no declarados por los argentinos que se estima están ocultos en el país y el exterior.
El actual administrador Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Alberto Abad, dijo que «luego de 9 prórrogas, el volumen registrado por el blanqueo alcanzó sólo 2.595 millones de dólares», muy lejos de los 4.000 millones de dólares que el gobierno anterior aspiraba a recaudar.
«No tuvo adhesión que se suponía debía tener», sentenció Abad.
Este anuncio se produce dos semanas después de que el gobierno dejara sin efecto las restricciones a las operaciones con dólares vigentes desde 2011.
Prat Gay destacó que «el mercado de cambios se ha normalizado, funciona el mercado mayorista y el mercado de futuros y en estas dos semanas hemos recuperado 1.100 millones de dólares de reservas».
Las reservas del Banco Central alcanzan unos 25.000 millones de dólares. [I]