La reducción de la jornada laboral de ocho a seis horas diarias o hasta 30 horas semanales con la posibilidad de que se agrupen diez horas diarias por tres días. Es una de las opciones que el Gobierno analiza incluir en el proyecto de reformas laborales con el carácter de económico urgente que enviará a la Asamblea.
El ministro coordinador de la Producción, Vinicio Alvarado, dijo que la opción de las diez horas diarias por tres días serviría para que la empresa decida cerrar la producción y con eso abaratar costos. Ayer en la tarde estaba prevista una reunión para afinar la propuesta.
En torno al seguro de desempleo, insistió en que no conoce cómo quedó la propuesta, pero que una de las opciones era tomar parte de las aportaciones a la cesantía para que vaya a un fondo de desempleo.
El funcionario hizo estas declaraciones a su ingreso al seminario ‘Alianzas público-privadas (APP) y su aplicación como alternativa de desarrollo’, organizado por el Comité Empresarial Ecuatoriano.
El ministro mencionó, además, que también trabajan en el empleo joven, para que el Estado se haga cargo del aporte patronal al IESS por un año (renovable para dos) en los casos del primer empleo para jóvenes entre 18 y 24 años.
Richard Martínez, presidente del Comité, dijo que la reducción de la jornada laboral sí implicaría la reducción del sueldo, pues tienen que ajustarse las horas trabajadas a los ingresos, pero que la medida evitaría el desempleo y no cree que sea un mecanismo de precarización laboral, porque detrás están los conceptos de “temporalidad, voluntariedad y el acuerdo entre las partes”.
Martínez ratificó que discuten una propuesta que planean presentar al Consejo Nacional del Trabajo e incluye el diseño de un proceso alternativo al “paro patronal” que sea rápido y que parta de un acuerdo entre empleadores y trabajadores.
Además opinó que se debe considerar la eliminación del contrato a plazo fijo que se estableció en la Ley para la Justicia Laboral, pues ha generado “mayor rigidez para ingresar al mercado laboral”. [I]