China tira de ingeniería financiera para dar salida a sus créditos malos

Viajeros esperan en las zonas de descanso de la estación de tren Shangai Hongqiao, en Shangai, el 29 de enero de 2016. Cientos de miles de viajeros pasaron por las estaciones de tren de la ciudad el 29 de enero coincidiendo con las vísperas de la celebración del Año Nuevo chino y, según medios estatales, estos días se esperan 2.910 millones de desplazamientos. (Foto AP)

Pekín, (EFE).- Ante el aumento de la morosidad que está desequilibrando los balances de sus bancos, las autoridades de China, segunda economía mundial, han decidido tirar de ingeniería financiera para dar salida a los créditos malos.

El Gobierno de la potencia asiática ha puesto en marcha un programa piloto para que los bancos comerciales pongan a la venta, por primera vez desde 2008, un nuevo paquete de los llamados bonos de titulización, respaldados por esos préstamos impagados.

Así, los activos morosos saldrán de las cuentas de los bancos para entrar en el mercado en forma de titulizaciones con un valor conjunto de hasta 50.000 millones de yuanes (unos 7.700 millones de dólares, 6.900 millones de euros).

El gobernador del Banco Popular de China (central), Zhou Xiaochuan, defiende que estos productos son «herramientas que ofrece el mercado» y que interesan a los bancos como potencial alivio al repunte de la morosidad.

«Los bancos quieren la titulización principalmente porque, si pueden empaquetar algunos de sus activos y venderlos, será beneficioso para sus hojas de resultados», dijo Zhou, en una rueda de prensa reciente.

El presidente de la Comisión Reguladora de la Banca de China, Shang Fulin, también sostiene que esta práctica ayudará a «mejorar la calidad de los activos del sistema bancario».

«Tenemos que asegurarnos de acelerar la circulación de los activos dentro del sector para apoyar el desarrollo de la economía real», indicó el responsable de la comisión que regula la banca.

«El número de activos impagados ha ido al alza año tras año y necesitamos una solución para este problema, para gestionar los riesgos asociados al tiempo que se mejora la rentabilidad de los bancos», señaló Shang.

Según los datos del regulador bancario chino, la tasa de morosidad se situó en un 1,67 % al cierre de 2015, con préstamos sin pagar valorados en 1,27 billones de yuanes (195.000 millones de dólares, 175.000 millones de euros), aunque muchos analistas piensan que las cifras reales son mayores que las oficiales.

«Indudablemente no es un 1,67 %», aseguró Zhu Ning, asesor del banco central y experto del Instituto de Finanzas Avanzadas de la Universidad Jiaotong de Shanghái, en un encuentro con periodistas.

Zhu afirmó que en los informes internos de los bancos las tasas de morosidad se sitúan entre un 3,5 y un 4 % y que incluso podrían ser superiores en función de cómo se clasifiquen las insolvencias.

«El aumento del volumen de créditos impagados hace que la liquidez de los bancos comerciales vaya debilitándose», explicó a Efe Chen Yongsheng, catedrático de la Universidad Suroccidental de Economía y Finanzas de Chengdu (China).

«En este momento es importante que el Gobierno adopte medidas para aislar los créditos impagados y mejorar la eficiencia de los bancos comerciales en su uso del capital», añadió Chen.

Las titulizaciones se introdujeron en China en 2005 y su uso se extendió hasta que, tras el estallido de la crisis financiera internacional, las autoridades impusieron unas restricciones que sólo ahora empiezan a suavizar con el nuevo programa piloto.

La relajación actual ha generado preocupación en el gigante asiático por los riesgos que acarrean estos complejos derivados financieros, cuya mala evaluación es considerada como una de las causas de la crisis de 2008.

En este sentido, el catedrático Chen reconoce que se trata de productos arriesgados que se dirigen fundamentalmente a inversores con experiencia.

Shang, el presidente de la comisión que regula la banca, admitió la necesidad de «establecer un cortafuegos muy efectivo contra la transmisión de riesgos», pero otros altos funcionarios chinos se muestran más confiados en sus declaraciones.

«Muchos compradores están interesados en esos activos problemáticos, pueden usarlos como inversión y tal vez obtener ganancias. No creo que haya muchos motivos para preocuparse», tranquilizó el gobernador del banco central.

Ciertos analistas ven en esta apuesta por la titulización el último salvavidas de Pekín a las conocidas como «empresas zombis», firmas deficitarias que sobreviven por el apoyo de los gobiernos locales y que son culpables de parte del aumento de la morosidad.

Si los fondos que las entidades obtengan al vender sus créditos malos se destinaran a refinanciar las compañías que no los han pagado en primera instancia, advierten estos expertos, China caería en un círculo viciosamente tóxico para su economía. EFE (I)

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