Temer ruega celeridad al Congreso para poner en marcha sus medidas económicas

Michel Temer Foto: .wscom.com.br

Brasilia, (EFE).- El presidente interino de Brasil, Michel Temer, pidió hoy celeridad al Parlamento para que apruebe la nueva meta de déficit fiscal que ha trazado su Gobierno y que apoye las medidas que estudia aplicar para recuperar la economía.

Temer entregó la nueva propuesta en persona al presidente del Senado, Renan Calheiros, que respondió acelerando los trámites para la aprobación de la medida, que contempla un déficit fiscal histórico, equivalente a cerca del 2,75 % del producto interior bruto (PIB) antes del pago de los intereses de la deuda.

«El presidente Temer pidió acelerar la discusión sobre la meta fiscal y vamos a hacer eso. Más que nunca es fundamental ayudar a Brasil», dijo el presidente del Senado en declaraciones a periodistas tras el encuentro.

Calheiros anunció que la propuesta será sometida a votación este martes, primero en la Comisión Mixta de Presupuesto y luego en el pleno de la Cámara de los Diputados.

El ministro de Planificación, Romero Jucá, que acompañó a Temer en el Senado, aseguró que el debate parlamentario sobre el déficit «de ninguna forma» se verá afectado por el escándalo destapado hoy y que lo obligó a apartarse del cargo.

No obstante, la bolsa de Sao Paulo vivió hoy una gran volatilidad y cerró a la baja (-0,79 %), influida por las posibles complicaciones que podrían acarrear el escándalo que afecta a Jucá en la votación de las medidas económicas.

Jucá anunció que se aparta del cargo, de forma temporal, tras la divulgación de uno audio en el que sugiere que maniobraría para obstruir las investigaciones del caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.

La alteración en la ley de presupuestos permitirá al Gobierno brasileño, por tercer año seguido, concluir con sus cuentas en números rojos.

Si el Parlamento no aprobara la alteración de la ley presupuestaria, el Gobierno podría incurrir en un delito, ya que el último cálculo aprobado contemplaba un superávit, aunque el Ejecutivo de la suspendida presidenta Dilma Rousseff ya había admitido que terminaría el año en déficit.

La nueva propuesta presupuestaria, anunciada el pasado viernes, supone un déficit fiscal primario, antes del pago de intereses, de 170.496 millones de reales (unos 47.600 millones de dólares), lo que equivale a un 2,75 % del PIB.

El Gobierno pretende, no obstante, reducir la dimensión del agujero en las cuentas públicas con una serie de medidas de austeridad que serán anunciadas este martes por el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.

Meirelles avisó hoy, durante un seminario, que si no se toman medidas urgentes, la deuda pública puede dispararse «en algunos años» hasta el equivalente al 80 % del PIB, lo que supondría el doble de la media de endeudamiento de los países emergentes.

Algunas de esas medidas, como la probable creación de nuevos impuestos o la reforma del sistema de pensiones, necesitan pasar por la criba del Legislativo, por lo que las buenas relaciones de Temer con la Cámara de los Diputados y el Senado pueden ser cruciales para aprobar el plan de ajuste, algo que no consiguió Rousseff.

Antes de ser suspendida de la Presidencia el pasado día 12, Rousseff fracasó en su intento de lograr el apoyo del Legislativo para aprobar su plan de austeridad, con el que pretendía enderezar las cuentas públicas.

El ministro de Hacienda, aunque no quiso anticipar sus planes concretos, aseguró que tendrá como principios «el control de gastos primarios y financieros» y la «eficiencia» de los gastos.

El propósito del plan, además de sanear las cuentas públicas, será «recuperar la confianza de las familias y empresarios, para retomar la producción, las ventas, el empleo».

Brasil tuvo una recesión del 3,8 % en 2015 y este año el PIB deberá experimentar una contracción similar, con lo que se han deteriorado prácticamente todos los indicadores económicos, con caídas de producción, consumo y un fuerte aumento del desempleo. EFE (I)

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