El Fondo Monetario Internacional (FMI) extendió hoy un cheque de realidad a Wall Street con su rebaja de las previsiones económicas.
Los operadores en el parqué neoyorquino protagonizaron una sesión volátil que arrancó con alzas moderadas aunque los tres indicadores se tiñeron de rojo hacia el ecuador de la jornada mientras digerían las nuevas perspectivas del organismo internacional.
El FMI afirmó hoy que el crecimiento económico global continúa «apagado», con una estimación del 3,1 % en 2016 y del 3,4 % en 2017, frenado por la notable revisión a la baja de Estados Unidos y de las consecuencias negativas de la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
El organismo internacional prevé ahora que Estados Unidos, la primera economía global, crezca 1,6 % este año y un 2,2 % el próximo, seis y tres décimas menos respectivamente que lo calculado hace tres meses.
Malas noticias para un parqué que no necesita nubarrones para intuir que va a llover. Y más en estos días de inicio del otoño, en los que los operadores ya acumulan dos cierres consecutivos en rojo, arrastrados por cierta depresión estacional.
«Estamos ahora mismo como sin motivación aparente», lo describió para la cadena financiera CNBC el jefe de estrategia de Bank Wealth Bank Management, Bill Merz. «Es como en un disco rayado. Estamos jugando a esperar».
Los inversores estuvieron igualmente preocupados estos días por la fuerte depreciación del oro y los precios del petróleo, a pesar del reciente acuerdo de la OPEP.
El petróleo cerró a la baja en Nueva York y Londres. El oro se depreció en torno a un 3 % en una sesión en la que el dólar subió hasta máximos de hace dos meses frente a otras divisas.
Un cóctel de incertidumbres para un mercado carente de confianza, pese a estar en EE.UU., la cuna del «véndase usted bien y ganará». EFE