Cuba establece prioridades para no volver a la crisis del «periodo especial»

HAB01. LA HABANA (CUBA), 05/04/2019.- La presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la ecuatoriana María Fernanda Espinosa (i), se reúne este viernes en La Habana (Cuba), con el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel (d), con quien abordó temas de interés internacional, según medios estatales cubanos. EFE/Estudio Revolucion/Cubadebate/

Ante las renovadas presiones de Estados Unidos y la ineficiencia de su economía, Cuba estableció prioridades «claras» en un plan hasta 2030 para evitar a toda costa recaer en una seria crisis similar al llamado «periodo especial» de la década de 1990, anunció este sábado el presidente Miguel Díaz-Canel.

«La crudeza del momento nos exige establecer prioridades bien claras y definidas, para no regresar a los difíciles momentos del ‘período especial'», dijo Díaz-Canel al cerrar una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional, que aprobó esta semana la nueva Constitución del país caribeño.

El mandatario, que cumplirá un año en la jefatura del Estado el próximo viernes, reconoció que la isla aún arrastra «los fardos de la ineficiencia administrativa, mentalidad importadora, falta de ahorro y los insuficientes ingresos por exportaciones».

«No podemos excluir las manifestaciones de corrupción y las ilegalidades, inaceptables en la Revolución», subrayó el mandatario, que delineó «dos prioridades absolutas: la preparación para la defensa y la batalla económica».

La planificación de la economía cubana hasta 2030 está concebida en tres etapas (2019-2021, 2022-2026 y 2027-2030), con un enfoque primario en seis «sectores estratégicos».

La prioridad estará en el turismo, la industria biotecnológica y farmacéutica, las fuentes renovables de energía, la producción de alimentos, la construcción y la exportación de servicios profesionales, este último considerado por analistas como la principal fuente de ingresos para el país.

Entre las tareas «inmediatas», Díaz-Canel incluyó la reorganización del comercio interior cubano, la revitalización del sistema empresarial estatal y el impulso al sector privado, integrado por más de 580.000 trabajadores autónomos.

Llamó a «trabajar intensamente» para mejorar el abastecimiento de alimentos y solucionar los problemas crónicos de vivienda, transporte y la calidad de los servicios.

Hay que lograrlo, «aún en medio de las asfixiantes persecuciones financieras que hacen particularmente difícil la importación de bienes y recursos de primera necesidad», dijo en referencia a las restricciones del embargo que EE.UU. ha redoblado desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

También mencionó el estímulo a la inversión extranjera, reconocida en la nueva Carta Magna como vital para reflotar la maltrecha economía de la isla y que todavía no alcanza los niveles necesarios lastrada por las trabas burocráticas.

«Es imprescindible ahorrar y controlar bien los recursos», pidió el presidente, en sintonía con el llamamiento de su antecesor, el exmandatario y líder del gobernante Partido Comunista de Cuba (único legal), Raúl Castro, cuando se dirigió al Parlamento el miércoles pasado.

En su discurso, Castro (87 años) instó a los cubanos a «estar preparados para la peor variante» de la economía porque «la situación podría agravarse en los próximos meses».

Díaz-Canel recordó la intensa crisis financiera, energética y alimentaria que sufrió el país en los años 90 tras la caída de la Unión Soviética y la retirada de los subsidios del bloque comunista.

Bautizado por el fallecido expresidente Fidel Castro como «periodo especial en tiempo de guerra», es un trauma que persiste en la memoria de los cubanos y un peligro que el Gobierno cubano insiste en alejar.

«La historia tiene algo que decirnos. (…) La generación de nuestros padres y abuelos enfrentaron, con menos experiencia e incluso menos recursos, momentos más graves y oscuros. Y salieron victoriosos», insistió el primer presidente cubano sin apellido Castro en casi sesenta años.

Vaticinó un «largo» y «arduo» periodo de trabajo para esta legislatura de la Asamblea Nacional, que deberá aprobar el más de medio centenar de leyes que se derivarán de la recién promulgada Constitución.

El discurso del presidente cubano se produce en un momento de zozobra económica para el país, que incumplió en 2018 sus ingresos por exportaciones y mantiene un alto nivel de endeudamiento.

A esto se suma la crisis en Venezuela, principal socio comercial de la isla, que disminuyó drásticamente sus envíos de crudo subsidiado, por lo que La Habana tuvo que buscar otros proveedores como Rusia y Argelia, a los que compra a precios de mercado.

Durante la sesión parlamentaria también intervino el ministro de Economía, Alejandro Gil, quien aseguró que el plan de la economía hasta 2030 es «cumplible», aunque reconoció que en la primera etapa (2019-2021), el país enfrentará «fuertes restricciones financieras».

El titular de Economía especificó que entre las medidas inmediatas estarán el apoyo a proyectos de desarrollo local y autoabastecimiento, el incremento de las exportaciones, el impulso a la inversión extranjera, la venta a cruceros que toquen puertos cubanos, la extracción de petróleo y la energía limpia.

Como «imprescindibles» señaló la necesidad de un ajuste real de la planificación para no incrementar la deuda, el cobro a tiempo de los ingresos por exportaciones y asegurar la cobertura de la demanda interna de alimentos y medicinas. EFE

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