Creador de «Mad Men» complacido con final de serie

Jon Hamm interpreta a Don Draper en una escena de "Mad Men" en una fotografía proporcionada por AMC. La última temporada de la serie se estrena el domingo a las 10 p.m. en AMC. (Foto AP/AMC, Justina Mintz)

NUEVA YORK (AP) — Cómo vuela el tiempo en este mundo tan alocado. Pareciera que fue ayer cuando la década de 1960 comenzaba para Don Draper, su familia y sus colegas de la agencia de publicidad Sterling Cooper. Ahora, como en un abrir y cerrar de ojos, los 60 se están acabando a la vez que «Mad Men» se acerca al final de su gloriosa transmisión.

Cuando la serie comience su última temporada el domingo a las 10 p.m. (hora del Este) en AMC, el paso del tiempo será palpable para todos los involucrados: los personajes de la serie, su público, y por supuesto para su creador, Matthew Weiner.

«Ya dejé de trabajar», dijo en broma Weiner, quien terminó las grabaciones en julio, terminó la postproducción en octubre y en diciembre vació la que fue su oficina por siete años.

Le emociona pensar lo que traerá esta última vuelta, pero durante una conversación reciente con The Associated Press, se mostró reservado como de costumbre.

«Abordamos las consecuencias del éxito material», dijo, dando algunos indicios de lo que vendrá para los socios recientemente enriquecidos de la agencia. «La cantidad de dinero como caída del cielo que recibieron al final de la última temporada no era sólo un recurso narrativo. Los impulsa en estos últimos siente capítulos: una vez que has cumplido todas tus necesidades materiales ¿qué más tienes en la cabeza?».

En una entrevista realizada algunas semanas antes de que «Mad Men» se estrenara en julio de 2007, Weiner explicó por qué había situado su ambicioso drama en la década de 1960.

«Al hablar sobre esa época», dijo. «Puedo hablar de todo lo que me importa», como los derechos civiles, sexo, los roles de género, la naturaleza de la edad adulta.

Y eso es lo que ha hecho, temporada tras temporada, con un drama de la sociedad moderna vista a través del prisma de la modernidad como era concebida hace medio siglo.

Weiner centró la acción en Draper, cuyo don para crear imágenes, seducción y artimañas estratégicas eran perfectamente adecuados para el juego de la publicidad. Mientras tanto, Draper, como los 60, estaba suficientemente alejado, pero no demasiado, del presente como para proporcionar su perspectiva fresca, lo que Weiner califica como «la realidad cotidiana del comportamiento diario y el deseo, la aspiración y la frustración», con una repentina fortuna, además de su retro chic.

Elisabeth Moss, de izquierda a derecha, Jon Hamm y Rich Sommer en una escena de "Mad Men" en una fotografía proporcionada por AMC. La última temporada de la serie se estrena el domingo a las 10 p.m. en AMC. (Foto AP/AMC, Jaimie Trueblood)
Elisabeth Moss, de izquierda a derecha, Jon Hamm y Rich Sommer en una escena de «Mad Men» en una fotografía proporcionada por AMC. La última temporada de la serie se estrena el domingo a las 10 p.m. en AMC. (Foto AP/AMC, Jaimie Trueblood)

A pesar de esto la elección de esa época de Weiner es destacada, pues él, de ahora 49 años, no es uno de los clásicos guardianes de los 60: los baby boomers. De igual forma su héroe Draper, nacido en la década de 1920, era bastante mayor que la generación boomer.

«La historia ha sido contada principalmente a través de los ojos de los baby boomers», dijo Weiner. «Ellos pusieron sus manos en el volante y nos han llevado por esta gira de los entre comillas ‘turbulentos sesenta’ desde entonces. Pero de esa forma lo vemos a través de los ojos de un niño. Yo quería enfocarme en lo que era un adulto en ese periodo».

Cuando «Mad Men» comenzó, Draper estaba a la mitad de sus años 30 y su desconfianza ante la década en la que vive sólo ha ido en aumento.

«Matt usó muchos referentes con una resonancia increíble de la década de 1960», dijo Jon Hamm, quien bajo la guía de Weiner le dio vida a Draper. «Pero es de una manera muy sabia, porque nunca se ha apoyado en ellos. Nuca ha sido un viaje a través de los 60 o una clase de historia. Simplemente se ha tratado de esa gente que salió de la mente de Matt y han tratado de sobrevivir en esta época tumultuosa y engañosa. Navegamos por esas aguas increíblemente turbulentas con sus personajes», que también incluyen a los retratados por Elisabeth Moss, John Slattery, Vincent Kartheiser, Christina Hendricks, Rich Sommer, Aaron Staton y Robert Morse.

«Mad Men» tocó los valores de la década de los 60 con verdadera autenticidad. Pero eso no era todo, desde la ventajosa perspectiva que dan 50 años de distancia, Weiner también dibujó su vida en progreso, incluso su experiencia al hacer el programa.

Cuando Don dice en la segunda temporada «sigo yendo a muchos sitios y termino en algún lugar donde ya he estado», no es sólo una expresión de su angustia existencial, también es el lamento de Weiner como guionista sintiendo presión para no repetirse.

Las negociaciones que pusieron a Weiner contra AMC y el estudio se reflejaron también en «Mad Men», especialmente el duro enfrentamiento que se prolongó por meses antes de que se firmara un nuevo contrato en 2011, lo que retrasó el regreso del programa para su quinta temporada.

«En esa temporada hay mucha negociación», dijo Weiner, incluyendo las discusiones fallidas que llevaron a que la protegida de Draper, Peggy Olson (Moss), se hartara y se fuera a una agencia rival. «Eso estaba en mi mente».

Lo autobiográfico, lo histórico y lo imaginario se mezcla en una serie que siempre ha retado las fórmulas. La historia se desarrolla a veces con una especificidad cristalina, y a veces como un sueño a medio recordar. Las cosas que no se dicen a veces son tan importantes como el diálogo más fuerte del programa. Los episodios son densos pero aun así logran tener momentos para reflexionar. A veces duros, a veces místicos.

«De alguna forma rara», dice Weiner. «lo que pasa no es tan importante sino cómo pasa».

No es de sorprender que los espectadores revisen de arriba a abajo a «Mad Men» en busca de pistas ocultas. Por ejemplo, en los últimos momentos del final del año pasado, que ocurre en julio de 1969, el fundador de la agencia Bert Cooper (Morse) se le aparece en una visión a Draper pocas horas después de su muerte, cantando y bailando alegremente en un número que dejó perplejos a los espectadores.

«El programa es famoso por ser complicado», reconoció Weiner. «Pero no puedo creer que alguien cantando ‘The Best Things in Life Are Free’ (lo mejor de la vida es gratis) fuera algo digno de analizarse. ¡Eso era exactamente lo que estaba tratando de decir!».

Fue una escena dulce y conmovedora, y abrió perfectamente el camino para estos últimos siete episodios con el mensaje más profético posible para una serie cuyos personajes afirman: lo mejor de la vida son los productos que vendemos.

«¡Por Dios! Ni siquiera se me ocurrió eso», dijo Weiner, riendo mientras su drama ya clásico se acerca al final. «Por suerte yo no estoy en publicidad».

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