Carlos Sorín: «El llamado cine latinoamericano es una entelequia»

Carlos Sorín, director de cine. Foto de raquelflottaprensa.com.ar

Lleida (España), 11 abr (EFE).- El guionista y director de cine argentino Carlos Sorín, cree que el llamado cine latinoamericano «es una entelequia y no existe como tal».

Sorín acudió a la localidad de Lleida (noreste de España) a recoger el Premio de Honor de la Muestra de Cine Latinoamericano de Cataluña.

El director explicó a Efe que hay coproducciones entre determinados países que funcionan, como entre España y Argentina o entre Argentina y Uruguay, debido a la hermandad y los lazos existentes entre ambos países.

Sin embargo, consideró que el cine latinoamericano como tal no existe. «En Argentina, por ejemplo, jamás hemos hecho una coproducción con Brasil y somos vecinos. Por eso digo que es una entelequia lo del cine latinoamericano, no existe, en todo caso existen muchos cines latinoamericanos».

El cineasta añadió que la lengua une a algunos países, pero «relativamente». «Agarras una película chilena o peruana y no entiendes nada», apostilla.

Sorín, que recibió en la Mostra de cine de Lleida un galardón a su trayectoria, dijo que «recibir un premio y no tener que presentar película es maravilloso porque los premios se sufren. Es muy gratificante. Yo trato igualmente de tomar cierta distancia y no creérmelos», apuntó.

Este premio le llega después de una peculiar trayectoria en la que ha ido varias veces del cine a la publicidad y al revés, motivo por el que solo cuenta con ocho películas en su filmografía, pese a lo cual se ha ganado un nombre y su estilo reconocido y admirado de forma mayoritaria por la industria.

«He ido pasando del cine a la publicidad por mis temores y porque la publicidad me daba dinero, mucho más de lo que necesitaba. He ganado mucho dinero en la publicidad y era difícil dejarla porque era una jaula de oro. Es un cordón umbilical muy difícil de romper pero creo que debería haber dejado la publicidad muchos años antes de lo que la dejé para hacer cine porque la publicidad más allá del dinero no te da nada», asegura.

«Como mucho, haber hecho publicidad me ha dado una cierta agilidad mental o cierta capacidad para resolver situaciones pero nada más, en general es mucho más lo que tienes que sacarte de encima y empezar de vuelta que lo que te sirve», explicó.

Respecto a su estilo, que algunos críticos han comparado con la manera de hacer del cine iraní, Sorín considera que no tiene un estilo propio más allá de que en sus filmes siempre habla de las cosas que a él le interesan, que no son más que «los temas tradicionales de la dramaturgia»: la condición humana, la esperanza, la culpa, la felicidad.

Eso sí, Sorín reconoce que en todos sus filmes, además de tratar esos temas que le interesan, hay un común denominador, que es su tendencia a simplificar.

«Intento lograr la mayor intensidad en lo que estoy contando con menos recursos», es un «proceso de deconstrucción para llegar a lo esencial, llegar a una película eficaz con poco. Con eso me siento identificado, pero eso es muy amplio», explicó.

Por eso asegura que no sabría qué hacer si le dieran cinco millones de euros para hacer una película. «No sé qué haría, no se me ocurriría ninguna».

Pese a ello, no rechaza de forma categórica acabar haciendo un cine comercial o incluso películas de ciencia ficción, por ejemplo, principalmente por el reto que le supondrían.

Sea como sea, asegura que en la actualidad le da mucha importancia a las condiciones de rodaje y cita en este sentido una frase del cineasta francés Claude Chabrol, que aseguró que buscaba localizaciones para sus películas en función de si había cerca buenos restaurantes.

Sin embargo, Sorín se contradice entre lo que dice y lo que hace, ya que uno de sus escenarios preferidos para rodar es la Patagonia, que según sus propias palabras «es un lugar difícil para filmar, es incómodo, no hay buena comida ni buenos hoteles». EFE

Más relacionadas