Coco Chanel fue agente nazi según libro

El nombre Chanel siempre se relaciona con elegancia y clase. En su momento Coco Chanel, la creadora de la marca, fue una innovadora de la moda y sin duda se convirtió en una de las mujeres más memorables del siglo XX. Sin embargo ahora la reputación de Coco Chanel está en entredicho ante alegaciones que aseguran que fue una agente nazi que operó en Francia durante la II Guerra Mundial.

Los distintivos trajes Chanel han sido vistos en la figura de la duquesa de Windsor como en la de la estilizada primera dama francesa Carla Bruni. Jackie Kennedy llevó una versión en rosa el día en que el entonces presidente JFK fue asesinado en Dallas en 1963. El entallado vestido negro que lució la glamourosa actriz Audrey Hepburn en ‘Desayuno con diamantes’ también se convirtió en ícono de la moda, cuenta el reportaje de Andy Walker para la BBC.

‘Durmiendo con el enemigo’

Pero hay otro lado de la historia de Gabrielle «Coco» Chanel que tiene que ver con sus actividades durante la ocupación francesa en la II Guerra Mundial.

Al igual que muchos otros personajes famosos, como la cantante Edith Piaf, el actor Maurice Chevalier, el escritor Jean Cocteau o el ex presidente Francois Miterrand, Chanel permaneció en su país cuando las fuerzas alemanas ocuparon Francia en el verano de 1940.

Desde que terminó la guerra, se han dado rumores sobre la verdadera naturaleza de su relación con los nazis.

Hal Vaughan, autor del nuevo libro, ‘Durmiendo con el enemigo’, afirma que chanel trabajaba para los servicios de inteligencia alemanes durante la guerra.

Ser una agente nazi era «parte de su rutina diaria» en París durante la ocupación, asegura.

«Chanel era una oportunista consumada. Los nazis tenían el poder y Chanel gravitaba hacia el poder. Era la historia de su vida».

«Chanel no creía en nada excepto en la moda. Ella creía en las ropas bonitas, en su negocio, y no le importaban ni Hitler ni las políticas del nazismo».

Quid proquo

Oculta en el lujo del hotel Ritz, un privilegio que se concedía a pocos ciudadanos no alemanes, Chanel, quién cerró sus tiendas al estallar la guerra, estaba en contacto constante con los dirigentes nazis en el país.

Un dato clave es la relación que al parecer ésta mantuvo con el oficial alemán de 44 años Baron Hans Guenther von Dincklage, quien según Vaughan «ha sido retratado por todos los biógrafos como un playboy aficionado al tenis».

«No lo era. Él era un oficial de la inteligencia militar alemán, que estuvo operando en Francia desde finales de los años 20».

«Él manipuló a Chanel y Chanel le manipuló a él».

Fue Dincklage quién organizó la estadía de Chanel, de 57 años, en el Ritz y quien coordinó sus relaciones comerciales con las autoridades de la ocupación.

A cambio, dice Vaughan, Dincklage reclutó a Chanel como agente F-7124, apodada «Westminster».

Gracias a esta relación, Chanel consiguió la liberación de su sobrino, Andre Palasse, detenido en un campo de prisioneros de guerra en Alemania.

Más allá de esto, Dincklage la incitó con la atractiva perspectiva de tomar control de un provechoso negocio de perfumes en manos de los hermanos judíos Wertheimer en 1924.

De hecho, Coco reclamó la compañía amparada en las leyes de «arianización» aprobadas por los nazis, sin saber que los Wertheimers, ya a salvo en los Estados Unidos, habían entregado el control de la firma a un cristiano.

Mujer contradictoria

Por su parte, Justine Picardie, biógrafa de Coco Chanel y autora de ‘Leyenda de una vida’, publicada el pasado año, cree que los motivos de la diseñadora eran «un poco más sutiles».

«Todo lo que ella hizo era una paradoja. Ella era tan contradictoria. Por un lado, hizo comentarios anti-semitas. Sin embargo, uno de sus mejores clientes era judío, como los Rothschilds, y de hecho su socio en el negocio era judío, y lo continuó siendo después de la guerra».

 

¿Pero qué hizo Chanel como agente?

Después de que le prometieron que su sobrino iba a ser liberado, parece que viajó a Madrid en agosto de 1941, con permiso especial de los alemanes, y empleó sus contactos para obtener información.

Según un documento citado por Vaughan, lo único que se supo de esta visita es que Chanel intercambió banalidades con un diplomático británico quién dijo que «los alemanes no pueden entender a los franceses y esto está haciendo que los odien hasta el punto de que ella, la señorita Chanel, tiene miedo de lo que pasará».

Una facilitadora, no una espía

Vaughan acepta que Chanel nunca fue una espía. «Espionaje se entiende por tomar fotografías, conseguir documentos. Chanel nunca hizo eso», observó.

«Ella era una facilitadora. Ella conocía a todo el mundo en España, conocía a todo el mundo en Reino Unido, y ayudó a los nazis».

Al finalizar la guerra, Chanel, quién huyó a Suiza, se salvó de ser juzgada por colaboracionistas. Vaughan explicó que eso se debió a la intervención de Winston Churchill, mientras otros aseguran que fue obra de la familia real británica.

En 1954 regresó a París y paradójicamente reestableció su negocio de alta costura gracias a la financiación de Pierre Wertheimer, uno de los hombres que Coco intentó desposeer durante la guerra.

Coco Chanel murió en enero de 1971 a la edad de 87 años. Lo hizo apropiadamente en su hogar durante la guerra, el hotel Ritz de París.

La guerra y el conflicto hacen surgir los instintos de supervivencia. Coco Chanel, quien creció en un orfanato católico para convertirse en la dueña de todo lo que veía, era una superviviente nata.

 

 

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