«Salir con Woody Allen es como estar en película de Woody Allen»

NUEVA YORK (AP) — Lo sabe bien. Salir con Woody Allen es como estar en una película de Woody Allen, escribe Diane Keaton en sus memorias.

La actriz ganadora del Oscar protagonizó películas de Allen como «Sleeper» (El dormilón) y «Love and Death» (La última noche de Boris Grushenko) y obtuvo el premio de la Academia por «Annie Hall» (Extraños amantes), en la que su personaje de mujer mal vestida de la elite anglosajona se enredó inolvidablemente con el patentado pobre infeliz de Allen. Allen y Keaton salieron por unos años y siguen siendo buenos amigos.

«Fui su patán entrañable. Lo tuve clavado como una cruz entre un ‘Coso blanco’ y la cucaracha que uno no mataría», Keaton, de 65 años, escribe en «Then Again», que sale a la venta el mes entrante y del cual se publican extractos en la edición de noviembre de la revista Vogue, disponible el 25 de octubre.

«Compartimos el amor de torturarnos uno al otro con nuestros fracasos. Sus percepciones sobre mi carácter eran acertadas y comiquísimas. Ese vínculo sigue siendo el núcleo de nuestra amistad y, para mí, de nuestro amor».

Keaton escribe que conoció a Allen en 1968 cuando trabajaron juntos en la comedia teatral de Allen «Play It Again, Sam», papeles que repitiron para la versión cinematográfica de 1972. Allen es el neurótico divorciado que canaliza el espíritu de Humphrey Bogart para que lo ayude en su vida amorosa. La actriz se enamoró de él en el guión y pronto lo hizo en la vida real.

«¿Cómo no iba a hacerlo? Estaba enamorada de él antes de conocerlo. Era Woody Allen. Nuestra familia entera solía congregarse alrededor de nuestra TV y verlo en Johnny Carson. Era tan buena onda, con sus anteojos gruesos y sus trajes cool», escribe. «Pero fue su actitud lo que me atrajo, su modo de gesticular, sus manos, su tos y su modo de verse de un modo autocrítico mientras echaba bromas como, ‘No pude conseguir una cita para la víspera de Año Nuevo, así que me fui a casa y salté desnudo en un tanque de monedas de 10 centavos conla cara de Roosevelt»’.

«Era aún más buenmozo en la vida real. Tenía muy buen cuerpo, y físicamente era muy agraciado», añade.

Como en escenas sacadas de «Annie Hall», «Manhattan» y tantas otras comedias de Allen, el cineasta y Keaton vieron juntos películas como «Persona» de Ingmar Bergman, el arte expresionista alemán en Madison Avenue y una exhibición de Diane Arbus en el Museo de Arte Moderno.

En lo que para Allen debió haber sido una verdadera expresión de amor, incluso recomendó un psicoanalista.

«Woody se acostumbró a mí. No podía contenerse; le encantaban las chicas neuróticas», escribe Keaton, cuyos otros novios han incluido a Al Pacino y Warren Beatty.

El libro de Keaton se centra en su cercana relación con su madre, Dorothy Hall, e incluye fragmentos de diarios y cartas de la familia. En una parte tomada de un diario, la madre de la actriz recuerda cuando acudió a una función de «Annie Hall» en 1977. La cinta se basó en parte en la relación de Allen con Keaton, cuyo verdadero nombre es Diane Hall.

«Annie tiene una cámara en mano, masca chicle, es insegura; la pura Diane. La historia es tierna, graciosa y triste. Terminó en separación, justo como en la vida real», escribió Dorothy Hall, quien murió en el 2008. La sedujeron menos las escenas en las que se mostraba a la familia Hall, a la que Allen presentó como un frío clan que comía en silencio mientras el hermano de Annie (Christopher Walken) contemplaba el caos. Colleen Dewhurst hizo el papel de la madre de Annie.

«Colleen Dewhurst en mi papel no fue un punto cumbre», escribió Hall. «Pero al público le encantó. Aplaudía y reía sin parar. Esta será una película muy popular».

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