James Brady, el portavoz de la Casa Blanca que sobrevivió a las balas

Washington, 4 ago (EFE).- Hace 33 años muchos le dieron por muerto cuando varias de las balas que iban dirigidas contra el entonces presidente de EE.UU. Ronald Reagan acabaron alojadas en su cráneo y en su espalda, sin embargo, James Brady sobrevivió a aquel atentado y tras él luchó fervientemente contra la violencia armada.

El que entonces fuera portavoz de la Casa Blanca falleció hoy a los 73 años de edad, tras una vida dedicada desde aquel 30 de marzo de 1981 a concienciar sobre el peligro de la tenencia de armas y a ayudar a personas con discapacidad.

Brady, conocido cariñosamente como «Jim» o «Bear» (oso) fue una de las cuatro personas que aquel día resultaron heridas por los disparos del joven John Hinckley Jr. en su intento de asesinato contra Reagan cuando éste se dirigía a su limusina tras haber salido del céntrico hotel Hilton, en Washington.

En medio de la confusión por lo ocurrido, prácticamente todas las cadenas de televisión estadounidenses dieron a «Jim» por muerto al conocer que había recibido al menos un disparo en la cabeza, para después retractarse tras saber que había sido intervenido con éxito por las heridas.

Con apenas 40 años, Brady nunca más pudo volver a caminar y no recuperó por completo la facultad del habla a consecuencia de la bala que le penetró en la cabeza, por lo que tuvo que abandonar su cargo como portavoz de la Casa Blanca, pero redirigió su vida y volcó todas sus fuerzas a combatir la violencia de las armas.

«Jim es una leyenda en la Casa Blanca por su calidez y profesionalismo como secretario de prensa del presidente Reagan; por la fuerza que le permitió recuperarse de los disparos que casi lo matan hace 33 años; y por convertir lo ocurrido esa terrible tarde en un extraordinario legado de servicio a través de la Campaña Brady para Prevenir la Violencia Armada», apuntó hoy el presidente Barack Obama tras conocerse su deceso.

Y es que junto a su esposa Sarah, Brady comenzó una dura campaña de presión para aumentar el control de armas en el país, y promovió durante años que se estableciesen mayores restricciones para su compra-venta.

En 1993, tras siete años de debate, por fin se aprobó la ley para el control de armas que lleva su nombre y que entonces creó nuevos parámetros en la revisión de antecedentes de los compradores, un texto legislativo gracias al cual, como recordó Obama, «un número incalculable de personas están vivas hoy».

«Jim Brady convirtió la tragedia personal en servicio la país y al ciudadano», aseguró hoy el vicepresidente Joe Biden, quien trabajó junto a la pareja en las campañas de prevención durante las décadas de 1980 y 1990.

«Debido al liderazgo de los Brady y la ley de prevención de la violencia armada en honor a Jim, sensatas verificaciones de antecedentes han mantenido hasta la fecha más de dos millones de armas lejos de las manos equivocadas», agregó.

Nacido en Centralia (Illinois), el 29 de agosto 1940, Brady se graduó en políticas en la universidad de su estado y en sus comienzos empezó a trabajar como parte del equipo del senador republicano Everett Dirksen, también en Illinois.

Tras mudarse a Washington, en 1973, trabajó en el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD, en inglés), así como en la Oficina de Presupuesto (OMB) y en el Pentágono, antes de regresar a la actividad en el Congreso con el senador por Delaware William Roth y ser el jefe de prensa en la campaña de John Connally.

Después de aquello, apenas pudo desempeñar su cargo como portavoz de la Casa Blanca entre enero y marzo de 1981, aunque Ronald Reagan (1981-1989) no le retiró del cargo en lo que duró su Presidencia.

Su nombre, de todos modos, planea en cada rueda de prensa de la Casa Blanca desde hace más de dos décadas cuando, bajo la presidencia de Bill Clinton (1993-2001), la sala de prensa de la mansión presidencial fue bautizada como la «James S. Brady Press Briefing Room». EFE

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