Enrique Ponce, 25 años de alternativa como matador de toros

El torero español en la Feria de Quito, en 2011. EFE

«Nunca pensé que llegaría tan alto, ni a estar tanto tiempo en activo ininterrumpidamente», así de sincero se confiesa el diestro Enrique Ponce en una entrevista con Efe a tan sólo 24 horas de actuar en Valencia, su tierra, donde mañana conmemora sus 25 años de alternativa como matador de toros.

«Jamás imaginé que después de 25 años volvería a hacer el paseíllo en la plaza donde me doctoré, y muchos menos en el momento en el que me encuentro y con la frescura que llego después de más de 2000 corridas de toros a mis espaldas», reconoció el maestro de Chiva.

Enrique Ponce Martínez (Chiva, Valencia, 1971), hijo de una humilde familia de trabajadores, se hizo torero por obra y gracia de su abuelo materno, Leandro, quien cuando era un niño lo convenció para que abandonara la pelota (“¿ves, Enrique, lo peligroso que es el fútbol?”, le dijo con motivo de una leve lesión), y encaminara sus pasos hacia el toro. Y no estaba equivocado, porque Enrique se convirtió pronto en una figura del toreo, y deslumbró por su privilegiada cabeza, por su conocimiento, por su dominio de la técnica. “Soy nieto de un sueño”, ha repetido más de una vez.

Echando la vista atrás y haciendo un repaso al cuarto de siglo que lleva Enrique Ponce no sólo como matador de toros sino como una figura indiscutible del toreo en la era moderna, «el balance no puede ser más positivo», aseguró.

«Creo que es increíble haberme mantenido ahí tantos años, con una evolución constante en mi toreo. Ha sido importante hacer tantas temporadas completas, algunas de ellas con más de cien corridas durante diez años seguidos. Mi trayectoria está plagada de grandes triunfos, de éxitos en todas las plazas del mundo. Cuando empecé no podía ni soñar un balance así. Ahí está para la historia«, reconoce.

En cuanto a lo que le queda por hacer aún en la profesión, Ponce asegura que sigue adelante porque se encuentra «bien» y «en una plena evolución» de su toreo.

«Pienso que estoy toreando mejor que nunca, sigo buscando lo mejor de mi toreo, y depurarlo cada vez más. Eso se consigue teniendo una afición desmedida y una ilusión igual o mayor a la que tenía hace 25 años; por eso pienso que aún me quedan muchas cosas que contar, y mientras sea así… seguiré», enfatizó.

La temporada de las bodas de plata no ha podido comenzar mejor para Ponce con dos Puertas Grandes en las dos primeras tardes del año en Olivenza (Badajoz) y Castellón. Ahora le espera Valencia y después Sevilla, sin embargo, su presencia en San Isidro, y según sus propias palabras, se antoja muy difícil.

«Volver a Sevilla otra vez me hace mucha ilusión, después de la faena que hice el año pasado; y a Madrid claro que me gustaría ir, pero de momento no nos estamos entendiendo. Ahora mismo estoy fuera. Me hacía ilusión ir, más incluso que ningún año pero no hay un acuerdo, de modo que no está clara mi contratación. Ya veremos que pasa», concluyó. EFE

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