La escritora Carrie Snyder se mete en la piel de una atleta en «La corredora»

Carrie Snyder

La escritora canadiense Carrie Snyder rinde homenaje a las mujeres que han logrado romper barreras en «La corredora», una novela inspirada en las atletas que participaron en los Juegos Olímpicos de 1928, los primeros en los que se permitió competir a las mujeres en pruebas de larga distancia.

«He querido escribir sobre una mujer que hace algo fuera de los límites de su época», afirmó hoy en una entrevista con Efe Carrie Snyder, que viajó a España para presentar su nuevo libro, publicado por Alfaguara en los países de habla hispana.

De ritmo ágil, lenguaje muy cuidado y con un personaje central que cala hondo en el lector, «La corredora» se ha publicado ya en varios países y fue considerada por Amazon una de las mejores novelas de 2014. Ha sido elegida finalista del Rogers Writer’s Trust Fiction Prize y del Governor General’s Literary Award.

Construida como si de un puzle se tratara, la novela le da pie a su autora para reflexionar sobre la amistad, el amor, la ambición, la complejidad de las relaciones familiares y la lucha de las mujeres por su independencia en una época en la que el matrimonio parecía ser la única salida.

Aganetha Smart, la protagonista, empieza a recordar su vida cuando tiene ya 104 años, está ingresada en una residencia de ancianos y se desplaza en silla de ruedas. Desde niña le apasionaba correr y no dejó de hacerlo hasta los 95 años: «No fue la fuerza lo que hizo de mí una corredora, sino el deseo de ser fuerte», decía.

Su infancia en una granja de Ontario, los estragos que causaron la Primera Guerra Mundial y la llamada gripe española; la crisis de 1929, los alegres años veinte, la terrible década de los treinta, la emigración del campo a la ciudad o la incorporación de la mujer al mercado laboral irán desfilando ante los ojos del lector, narrado todo ello con constantes saltos en el tiempo.

Para meterse en la piel de una atleta, Carrie Snyder (Ontario, 1974) se convirtió en corredora «hace unos seis años» y compitió en pruebas de larga distancia.

Empezó a investigar sobre la historia de este deporte en Canadá y en Estados Unidos, en concreto sobre corredoras de larga distancia, «porque es una metáfora para el personaje. Es alguien que persevera».

Tras los Juegos del 28, en algunos medios de comunicación se dijo que la mitad de las atletas que participaron en las carreras de ochocientos metros «se vinieron abajo al llegar a la meta o ni siquiera lograron terminar la prueba».

Snyder comprobó que este dato «es falso», pero en aquel momento influyó en la decisión del comité olímpico de prohibir a las mujeres competir en distancias superiores a los doscientos metros.

Hasta 1960 las atletas no volvieron a correr los ochocientos metros. Y en los maratones no se lo permitieron hasta 1984, indicó Snyder.

Para colmo, en 1928 los médicos dijeron que «las carreras largas podrían dañar los órganos reproductivos de las mujeres. En realidad pensaban que las atletas no eran lo suficientemente fuertes como para afrontar esas pruebas», afirmó Snyder, a quien le «subleva» esa discriminación, y por eso decidió contar esta historia «desde la ficción».

Para construir el personaje central se inspiró sobre todo en las «Seis Inigualables», como apodaron al equipo de atletismo femenino de Canadá que participó en 1928. Aquellas mujeres «rebasaron todas las expectativas y fueron recibidas por todo lo alto al volver con varias medallas», comentó.

Snyder decidió comenzar la novela desde la vejez de la protagonista porque fue la primera imagen del personaje que le vino a la cabeza, y luego escribió un capítulo relacionado con la infancia de la corredora.

«No sabía muy bien qué historias iba a contar ni cómo iba a unir las diferentes piezas del complejo rompecabezas que es la novela. Ha sido difícil conseguirlo», admitió.

Pero todo encaja en esta novela de final sorprendente y en la que poco a poco se van desvelando los secretos que atormentaban a la protagonista. EFE (I)

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