Fallece la prolífica escritora Rosario Ferré

SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — Rosario Ferré, una de las escritoras puertorriqueñas más prolíficas e importantes de la literatura latinoamericana desde fines del siglo XX, murió a los 77 años a causa de una larga enfermedad.

La noticia de su deceso, ocurrido en la noche del jueves, fue difundida por su familia.

Novelista, poeta, cuentista, ensayista y crítica literaria, Ferré afirmaba que no existían diferencias entre la literatura femenina y la masculina y abogaba por que la calidad literaria no se midiese según el sexo del autor sino por el valor intrínseco del texto.

«El secreto de la escritura, como el de la buena cocina, no tiene absolutamente nada que ver con el sexo sino con la sabiduría con que se combinan los ingredientes», concluyó en uno de sus ensayos más citados, «La cocina de la escritura», en el que proponía que la única diferencia entre la literatura femenina y la masculina era el tema que desarrollan.

Y es que Ferré, cuya obra ha sido traducida al inglés, italiano, francés, polaco y alemán, entre otros idiomas, conoció en carne propia las dificultades que las escritoras encuentran en las casas editoriales y la crítica literaria.

Desde que empezó a publicar sintió el rechazo y el desprecio de los críticos puertorriqueños que desvalorizaron su narrativa y la acusaron de anarquista y traidora a su clase social adinerada, especialmente por sus cuentos sobre la decadencia burguesa y su racismo, hipocresía, toxicidad y egoísmo.

Nacida en la ciudad de Ponce el 28 de septiembre de 1938, Ferré creció en un ambiente familiar altamente político e influyente: hacendados de la caña por el lado materno y empresarios responsables de industrializar a Puerto Rico por el lado paterno. Su padre, Luis A. Ferré, fue gobernador de Puerto Rico de 1968 a 1972.

En sus obras combinaba elementos de su imaginación con antecedentes políticos, desarrollando temas controvertidos como el sexismo, el racismo y el clasismo. Sus modelos fueron la inglesa Virginia Woolf y la francesa Simone de Beauvoir.

Su amor por las letras nació a temprana edad en la biblioteca del hogar, donde se familiarizó con los clásicos de la literatura universal.

«Tengo mucho que agradecerle a la palabra. Es ella quien me ha hecho posible una identidad propia, que no le debo a nadie sino a mi propio esfuerzo. Es por esto que tengo tanta confianza en ella, tanta o más de la que tuve en mi madre natural. Cuando pienso que todo me falla, que la vida no es más que un teatro absurdo sobre el viento armado, sé que la palabra siempre está ahí dispuesta a devolverme la fe en mí misma y en el mundo», señaló en el mismo ensayo.

Ferré se especializó en literatura inglesa en el Manhattanville College de Nueva York. Luego terminó una maestría en literatura latinoamericana en la Universidad de Puerto Rico y se doctoró en literatura española y latinoamericana de la Universidad Johns Hopkins en Maryland.

Escribió su primer cuento a los 30 años mientras completaba su maestría en Puerto Rico. Dos años después, en 1972, fundó junto con su prima Olga Nolla y varios compañeros universitarios la revista literaria estudiantil Zona de Carga y Descarga, que sirvió de vehículo de difusión para los jóvenes que deseaban publicar pero que, por ser desconocidos, no eran incluidos en las revistas literarias puertorriqueñas.

Además de publicar a autores nuevos, Zona de Carga y Descarga abogaba por que Puerto Rico se independizara de Estados Unidos, posición que era contraria a la de su padre, que fundó el Partido Nuevo Progresista que lucha por la anexión.

Cuando en 1971 murió su madre Ferré recibió una herencia que le permitió dedicarse de lleno a sus estudios y a las letras, iniciando una intensa actividad literaria que la colocó a la vanguardia de la literatura feminista que surgió en Puerto Rico en los años 70.

Las ideas contestatarias que tenía sobre la sociedad y la política puertorriqueñas fueron los temas de su primera colección de cuentos, «Papeles de Pandora» (1976). Un año después publicó su primer libro de cuentos infantiles «El medio pollito».

Aunque en un principio pensaba que sólo podía escribir cuentos, pronto experimentó con la narrativa más larga y publicó «Maldito amor» (1986), obra que algunos críticos llaman novela y otros la describen como cuento largo. Ella la llamaba novela corta.

A lo largo de su vida, Ferré mantuvo una trayectoria sostenida como cuentista, novelista, ensayista y poeta. Entre sus obras también figuran la novela «La batalla de las vírgenes» (1993), las colecciones de ensayos «Sitio a eros» (1980), «El árbol y sus sombras» (1989) y el «Coloquio de las perras» (1990), el poemario «Fábulas de la garza desangrada» (1982) y el libro de cuentos y poemas «Las dos Venecias» (1992), entre otros.

En 1995 cambió radicalmente su postura en torno al destino político de Puerto Rico al apoyar el anexionismo en una columna que publicó en The New York Times, en la que planteó la hibridez de su identidad.

«Como escritora puertorriqueña, constantemente me enfrento al problema de identidad. Cuando viajo a Estados Unidos me siento como una latina, como Chita Rivera. Pero en América Latina, me siento más norteamericana que John Wayne. Ser puertorriqueño es ser un híbrido. Nuestras dos mitades son inseparables; no podemos prescindir de una sin sentirnos mutilados», señaló en la columna que recibió fuertes críticas de sectores independentistas que la acusaron de traición.

También fue muy criticada cuando ese mismo año publicó primero en inglés su novela «The House on the Lagoon» («La casa de la laguna»), obra que resultó finalista del prestigioso Premio Nacional del Libro estadounidense.

Su siguiente novela, «Eccentric Neighborhoods» («Vecindarios excéntricos»), también se publicó primero en inglés en 1998, lo que facilitó su difusión a otras lenguas, aunque ya en 1992 su novela «Maldito amor» había sido traducida al alemán y había recibido el premio Liberatur Prix en la Feria Internacional del Libro de Frankfurt.

En 1992 publicó la biografía «Memorias de Ponce» en la que transformó los recuerdos de juventud de su padre.

También escribió crítica literaria y columnas para revistas y periódicos puertorriqueños y del extranjero, además de fungir como profesora visitante en la Universidad de Harvard, la Rutgers University, la Johns Hopkins University y la Universidad de California en Berkeley. Recibió un doctorado honoris causa de Brown University.

En los últimos años se mantuvo alejada del ámbito literario.

La sobreviven su esposo y tres hijos. (I)

Por LILLIAM IRIZARRY, Associated Press

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