Lionel Richie demostró en la capital chilena que sigue siendo el mejor

VIÑA DEL MAR (CHILE), 25/02/2016.- El cantante estadounidense Lionel Richie se presenta en concierto en el Festival internacional de la canción de Viña del mar hoy, jueves 25 de febrero de 2016, en Viña del Mar (Chile). EFE/Mario Ruiz

Santiago de Chile, (EFE).- Apoteósico. Es la definición perfecta para la actuación de esta noche en la capital chilena del cantante estadounidense, Lionel Richie, tras su paso por el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.

Unas doce mil personas disfrutaron este sábado de uno de los referentes más importantes de la música anglo de los 80, un artista que cuyas canciones marcaron la historia discográfica de tal manera que hasta hoy es uno de los solistas más vistos alrededor del mundo.

Fue una noche perfecta, un sonido perfecto; cada músico demostró su genialidad en el momento adecuado, y Lionel Richie demostró que su registro musical no ha variado una milésima, ni siquiera cuando se esforzó con algunos pases de baile.

Todo corearon la mayoría de los éxitos del artista que el pasado jueves en su paso por Viña del Mar, obtuvo una Gaviota de Plata y una de Oro, los máximos galardones que un cantante consagrado puede obtener al encaramarse a esa tarima.

Esta noche se hizo esperar, es una estrella, pero cuando abrió los fuegos con «Running with the night», el público enloqueció, bailó, chilló, algo que no dejó de hacer hasta el final del ‘show’.

Siguió con «Penny Lover» y con otra de sus más emblemáticas canciones, «Easy», esta vez dibujando personalmente el pentagrama en el piano, mientras sus cinco músicos le seguían con perfección extrema cada cambio de ritmo.

«My love» fue su siguiente canción, coreada por la mayoría de los asistentes, que incluso terminaron contorneándose debido a que el artista le agregó unos sabrosos condimentos musicales al tema, y aplicó también una porción de reggae. Fantástico.

En su batería de canciones Lionel Richie interpretó, además, «Endless love», un tema que grabó junto a Diana Ross en 1981, disco que permaneció durante nueve semanas en el primer lugar en Estados Unidos como el mejor sencillo.

La diversidad de edad era patente en el público. Los más jóvenes seguramente familiarizaron su oído con los temas del estadounidense de tantas veces que su padres colocaron sus discos en el fonógrafo o se la hicieron escuchar en una radio-casete.

En un momento los hizo ponerse a todos de pie, para que le acompañarán en la interpretación de «Lady». Naturalmente, obtuvo un coro de doce mil personas y cientos de celulares encendidos.

El momento se transformó en una noche mágica, cuando el cantante de 66 años, oriundo de Tuskegee, Alabama, interpretó «Say you, say me», tema con el que ganó un premio Oscar de la Academia a la mejor canción en una película.

Bruscamente cambio de ritmo con «Dancing on the Ceillin», que puso a bailar a todo el mundo. Una canción de nunca acabar, que marcó los más altos decibelios de la noche y en la que el saxofonista, magistral toda la noche, terminó tocando en el suelo y los pies arriba del piano.

Lionel Richie, que hace dos semanas fue honrado en el Grammy como Persona del Año, un reconocimiento que antes tuvieron artistas como Bob Dylan, Roberto Carlos y Paul McCartney, siguió con la romántica «Hello», sin antes nombrar a Julio Iglesias e imitar el característico gesto del artista español de poner una de sus manos en el pecho cuando está cantando.

Terminó la canción y abandonó el escenario. Fueron cinco minutos de silbidos, chillidos y aplausos que obligaron al cantante a regresar al escenario e interpretar uno de sus más emblemáticos temas de su carrera.

«We are the World», la canción que escribió en 1985 junto a Michael Jackson y grabada por un gran grupo de músicos famosos formado especialmente para la ocasión que se denominó USA for Africa, fue coreada por un público emocionado que, además, sabía que con esa melodía el artista se marchaba definitivamente.

Lionel Richie, que llegó a Chile como parte de su gira «All the hits, All night long» que realiza por el mundo, demostró esta noche que cuando se nace «tocado» por la varita mágica del espectáculo, que cuando se tienen esas virtudes vocales, la edad no cuenta.

Richie deja esta nación austral, para visitar mañana por primera vez Argentina. Después viajará con destino a Sudáfrica para seguir mostrando al mundo que su registro fonético, sus canciones y su carisma en el escenario siguen vigentes como el primer día. EFE

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