Muere Kofi Annan, ex Secretario General de la ONU y Premio Nobel de la Paz

El Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, hace un gesto mientras habla durante una conferencia de prensa en las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el 22 de junio de 2006 (reeditada el 18 de agosto de 2018). Según los informes, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan murió el 18 de agosto de 2018 a la edad de 80 años. (Suiza, Ginebra) EFE / EPA / MARCIAL TREZZINI

El ex secretario general de la ONU y nobel de la Paz en 2001, el ghanés Kofi Annan, falleció hoy a los 80 años de edad, informó su familia. En la cuenta oficial de Twitter de Annan, sus familiares publicaron un mensaje en el que señalaron que el fallecimiento se produjo tras recibir tratamiento por una corta enfermedad en un hospital de Suiza.

Por ahora, la familia no ha querido revelar la enfermedad que sufría el antiguo mandatario de las Naciones Unidas y pidió «privacidad en este momento de luto».

«Con gran tristeza, la familia Annan y la Fundación Kofi Annan anuncian que Kofi Annan, antiguo secretario general de la ONU y premio Nobel de la Paz, se fue en paz este sábado, 18 de agosto, tras una corta enfermedad», explicaron sus allegados.

«Su esposa, Nane, y sus hijos, Kojo, Ama y Nina, estuvieron a su lado durante sus últimos días», agrega el mensaje.

El actual secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, lamentó la muerte de Annan y aseguró que «su legado será siempre una inspiración para todos».

«En estos tiempos turbulentos, Annan nunca dejó de trabajar para mantener vivos los valores de la Carta de Naciones Unidas», afirmó en un comunicado.

Guterres añadió que Annan fue «un referente y un guía» así como un «orgulloso hijo de África que se convirtió en un campeón de la paz para toda la humanidad», y que «en muchos sentidos, él era las Naciones Unidas», ya que consiguió modernizar la organización «con dignidad y determinación».

Medios ghaneses y usuarios de redes sociales mostraron su sorpresa por la noticia, calificando a Annan de «auténtico héroe nacional» y escribiendo mensajes como «Se va el hombre que solo con un discurso era capaz de poner fin a guerras» o «Gracias por proyectar a Ghana hacia el mundo».

«Tras dejar su cargo en la ONU, siguió trabajando sin descanso por la paz. Fue una inspiración para jóvenes y ancianos. Siempre que veía sufrimiento o necesidad, se acercó a mucha gente con su profunda compasión y empatía. Dio prioridad a los demás de forma altruista, irradiando auténtica amabilidad y brillantez en todo lo que hizo», aseguró la familia.

De hecho, Annan se mantuvo en activo hasta sus últimos días, liderando la delegación de la ONG The Elders, fundada por el expresidente sudafricano Nelson Mandela, que visitó Zimbabue durante el proceso electoral a finales de julio. Pocos días antes, el ghanés se unió a varias figuras internacionales para marchar junto a la tercera esposa de Mandela, Graça Machel, en un homenaje por el centenario del nacimiento del icónico luchador contra el segregacionismo racial.

«Colectivamente, somos la suma de nuestras partes. Somos un movimiento y cuando hablamos con una sola voz nuestra llamada a la justicia no puede ser ignorada», declaró entonces, en la que sería una de sus últimas apariciones públicas.

Una vida por la paz

Una vida dedicada a la búsqueda de la paz que vio la luz en Kumasi, Ghana, el 8 de abril de 1938, en el seno de una familia acomodada, lo que le permitió cursar estudios superiores en la Universidad de Ciencia y Tecnología ghanesa, donde se licenció.

Completó su formación en la Universidad de Economía de Minnesota (EEUU), en el Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra (Suiza) y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

El primer líder subsahariano de la ONU entró en la organización en 1962, en Ginebra, como encargado del presupuesto en la Organización Mundial de la Salud, y fue ascendiendo en sus filas hasta llegar a la secretaría general en 1997, función que desempeñaría hasta 2006.

Después trabajó en la Comisión Económica para África, en Addis Abeba, la Fuerza de Emergencia de la ONU en Ismailia (Egipto) y en el Alto Comisariado para los Refugiados, en Ginebra. A la sede de Nueva York llegó en 1987 como vicesecretario general de Gestión de Recursos y Coordinador de Seguridad.

En 1990-1992 ejerció una gran actividad diplomática tras la invasión de Kuwait por Irak, tras la cual fue designado para una función más política, como vicesecretario general para Operaciones de Mantenimiento de Paz y, en 1993, secretario general adjunto.

Ahí tuvo sus más sonoros fracasos, como el no calibrar la información sobre el genocidio en Ruanda en 1994, o no haber podido frenar la matanza de Srebrenica (Bosnia), como él mismo reconoció.

Tras los acuerdos de paz de Dayton, fue representante especial del entonces secretario general, Butros Ghali, en Yugoslavia.

En 1997 inició su mandato como Secretario General de la organización. Fue entonces cuando emprendió una profunda reforma administrativa de la ONU, con un recorte de mil de los seis mil puestos en la sede neoyorquina, y encabezó delicadas misiones políticas, como la que en 1998 le llevó a Bagdad para convencer a los iraquíes a colaborar con los inspectores de la ONU.

Otro de sus méritos fue la iniciativa Pacto Global (1999), para «llevar a la organización más cerca de la gente», con la inclusión de las ONG y de organizaciones privadas en los trabajos de la ONU.

En 2000 impulsó los Objetivos del Milenio, entre ellos reducir a la mitad la miseria en el mundo para 2015.

Tras los atentados del 11-S en EEUU impulsó las negociaciones para la redacción de una Convención General sobre Terrorismo.

Inició su segundo mandato al frente de Naciones Unidas en enero de 2002, tras ser reelegido en la Asamblea general de junio de 2001, año en que también recibió el Premio Nobel de la Paz.

En febrero de 2003 hubo de afrontar uno de los momentos más delicados de su carrera cuando intentó convencer, sin éxito, a EEUU para que no lanzara una ofensiva militar unilateral contra Irak. O cuando murió su enviado especial en Irak y otras 22 personas en un atentado contra la sede de la ONU en Bagdad el 19 de agosto de 2003.

En marzo 2005 presentó una propuesta de reforma de la ONU que incluía la creación de un Consejo de Derechos Humanos, la ampliación del Consejo de Seguridad y medidas para frenar la pobreza en África.

En diciembre de 2006, en su discurso de despedida de la ONU, reconoció que la guerra de Irak y el escándalo sobre una presunta corrupción en el programa «Petróleo por Alimentos» en Irak, que estalló en 2004 y en el que se vinculó a su hijo Kojo, fueron los momentos más difíciles de su mandato.

EFE

En esta foto difundida por el cibersitio oficial de la presidencia iraní, el ex secretario general de las Naciones Unidas Kofi Annan, izq., saluda al presidente iraní Hassan Rouhani en la oficina de este en Teherán el martes 28 de enero del 2014. Annan encabezó un grupo de ex líderes mundiales. Al día siguiente, el vocero del programa nuclear Behrouz Kamalvandi dijo a la agencia noticiosa oficial IRNA que un equipo de tres miembros de la Agencia Internacional de Energía Atómica, de la ONU, inspeccionó la mina de uranio Gachin, a 50 kilómetros al oeste de la ciudad portuaria de Bandar Abbas.(AP Foto/Iranian Presidency Office, Mohammad Berno)

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