Saleh llega a Arabia

El presidente de Yemen, Ali Abdalá Saleh, ha bajado caminando del avión que lo condujo herido a Riad, en Arabia Saudita, ha reportado Jordi Pérez Colome, desde su cuenta de twitter. Saleh resultó herido el viernes junto a varios altos cargos en un ataque a la mezquita en la que rezaban dentro del palacio presidencial. La explosión, primero atribuida a un obús y más tarde a una bomba, también mató a siete militares y enterró cualquier salida política al enfrentamiento que Saleh mantiene con los Al Ahmar, un clan rival que se ha alineado con la revuelta popular contra su permanencia en el poder. «El miedo se ha apoderado de Saná, cuya población teme que la ciudad sucumba a la guerra», escribe el corresponsal del diario El País, de España.

«Un ataque cobarde con un proyectil explosivo ha alcanzado durante las plegarias del viernes la mezquita del palacio presidencial, donde se encontraban Ali Abdalá Saleh y altos cargos del Gobierno», explicó poco después la agencia oficial de noticias Saba.

«Estoy bien, me encuentro bien», aseguró anoche Saleh en un mensaje de audio transmitido por la televisión nacional. Junto al mandatario, también resultaron heridos el imán de la mezquita, el primer ministro, los presidentes de ambas cámaras del Parlamento, el gobernador de Saná, un diputado y el consejero de prensa del presidente. El presidente del Congreso y el gobernador se encontraban tan graves que en medios diplomáticos occidentales se les daba por muertos.

«Los Al Ahmar han cruzado todas las líneas rojas», declaró Tariq al Shami, portavoz del Congreso General del Pueblo, el partido gubernamental.

Miembros de su clan llevan 10 días enfrentándose a las tropas leales a Saleh, pero ayer un portavoz desmintió su responsabilidad. Los soldados leales a Saleh respondieron bombardeando los domicilios de Hamid, de otros dos hermanos del jeque Sadeq y del general disidente Ali Mohsen. Los Al Ahmar abandonaron Saná.

El pulso entre ambas familias ha eclipsado la protesta popular que desde hace cuatro meses trata de acabar con casi 33 años de gobierno de Saleh. A pesar de la tensión que han introducido los combates, miles de personas volvieron a darse cita ayer en la plaza de la Universidad (rebautizada del Cambio) en el funeral por el medio centenar de muertos en la violencia de los días anteriores. Los manifestantes se han declarado neutrales, pero corren el riesgo de ver sus aspiraciones enterradas tanto si los Al Ahmar logran desplazar a Saleh como si alcanzan un acuerdo.

Hasta el momento, la información es confusa. Según Nick Robertson, de la CNN, quien ha citado en su twitter «fuentes saudíes», la situación de salud del dictador es peor de lo que sabía. Al Jazeera ha informado hace poco que otros 24 miembros de la familia de Saleh han llegado a Riad, en Arabia Saudita, en sus aviones privados. Otras fuentes reportan que los tirotesos siguen en Sanaá, la capital de Yemen, donde el vicepresidente, Abd al-Rab Mansur al-Hadi, ha dicho que asume el poder.

Hasta ayer, toda la familia Saleh controlaba el poder en Yemen. Su hijo mayor, Ahmed, dirige la Guardia Republicana y las fuerzas especiales; Ali, sin un cargo conocido, también sigue vinculado al Ejército, y sus sobrinos Amar, Yehia y Tarek, están al frente de la Seguridad Nacional, la Seguridad Central y la Guardia Presidencial, respectivamente.

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